En los bombardeos que Israel lleva a cabo sobre Gaza desde el pasado 7 de octubre, cuando fue atacado por la milicia islamista de Hamás, han muerto más de 8.800 personas y más de 22.000 resultaron heridas.

El Gobierno chileno expresó este miércoles “su profundo pesar” por la muerte de funcionarios de las Naciones Unidas (ONU) y sus agencias como consecuencia de las operaciones militares israelíes en Gaza.

De igual manera, dirigió sus condolencias a los familiares de las víctimas, en medio de la escalada diplomática con Israel.

Tras el bombardeo del martes en el norte de la Franja de Gaza, que mató al menos a 145 personas, el presidente chileno, Gabriel Boric, reconocido defensor de la causa palestina, condenó los ataques perpetrados por Israel y llamó a consultas al embajador chileno en Tel Aviv, José Carvajal.

El Ministerio de Relaciones Exteriores, en un comunicado, comentó que Chile “apoya y reconoce la labor de las Naciones Unidas y sus agencias en terreno” y reiteró que “comparte” el llamado del secretario general de la ONU, António Guterres, por un “alto al fuego humanitario inmediato” entre las fuerzas en conflicto.

La Agencia de Naciones Unidas para la población refugiada de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA, por sus siglas en inglés) dijo este miércoles que 70 de sus miembros han muerto en Gaza desde el 7 de octubre y reafirmó su compromiso de permanecer en la Franja.

Tal y como ha hecho en otras condenas públicas contra la ofensiva israelí, el Gobierno chileno insistió en cumplir “el irrestricto derecho internacional y, en particular, del derecho internacional humanitario”.

Con cerca de 500.000 personas, Chile es un gran refugio de la comunidad palestina fuera del mundo árabe, una migración que se inició a finales del siglo XIX, cuando centenares de palestinos escaparon primero de la dominación otomana, y que se incrementó en el siglo XX con la ocupación israelí.

En los bombardeos que Israel lleva a cabo sobre Gaza desde el pasado 7 de octubre, cuando fue atacado por la milicia islamista de Hamás, han muerto más de 8.800 personas y más de 22.000 resultaron heridas, según el ministerio de Sanidad gazatí.