"Es probable que esta tendencia se demore en detenerse y tengamos un proceso de radicalización de la derecha bastante importante y de una nueva derecha más radical", advierten los expertos por los "nostálgicos" de la dictadura.

La conmemoración de los 50 años del Golpe de Estado no solo ha dejado en evidencia la polarización que existe en nuestro país, sino también cómo un sector de la derecha aún guarda una “nostalgia” por la dictadura de Augusto Pinochet, calificado las violaciones de DDHH como “leyendas urbanas”, pese al mea culpa de Sebastián Piñera con sus “cómplices pasivos”.

Recordemos que hace una década, en un ambiente muchísimo menos crispado, el entonces presidente Piñera debió encabezar la conmemoración de los 40 años del quiebre de la democracia.

El exmandatario lleva años intentando alzarse como el líder de una derecha democrática que intenta sacudirse del rol que jugó durante la dictadura, una derecha “sin Pinochet”, lo que explica la autocrítica por los “cómplices pasivos”.

“Si buscamos responsables de lo ocurrido durante el gobierno militar y, particularmente, de los atropellos a los derechos humanos y la dignidad de las personas, por supuesto que hay muchos”, dijo en una entrevista con La Tercera.

“Por de pronto, las máximas autoridades del gobierno militar, que sabían o debían saber lo que estaba ocurriendo. Pero no solamente ellos. Hubo muchos que fueron cómplices pasivos: que sabían y no hicieron nada o no quisieron saber y tampoco hicieron nada”, fustigó.

Evidentemente, sus dichos causaron más que molestia en la derecha. De hecho, este episodio nunca ha sido olvidado entre sus críticos, que incluso lo tachan de “traidor”.

Esto último, en particular en sectores más “pinochetistas” (que aún existen), por el cierre del Penal Cordillera, que era una especie de cárcel VIP para violadores de Derechos Humanos.

Pero más allá de su intento por intentar cerrar la transición, tanto con su alusión a los “cómplices pasivos” como al cierre del cuestionado recinto penitenciario, la verdad que todo sus esfuerzos fueron empañados por lo sucedido en el estallido social, durante su segunda administración.

En medio de la revuelta y la represión, nuevamente el tema de las violaciones a los Derechos Humanos le reventó en las manos, incluso con un cantito que lo comparaba con el fallecido dictador Pinochet.

Pero como se dice coloquialmente “a río revuelto, ganancia de pescadores”, el estallido social y el caos en las calles propició la irrupción de José Antonio Kast, pero fundamentalmente Republicanos, muy críticos de la “pasividad” de Piñera, su falta de “mano dura”, pese a todas los casos de violencia y represión protagonizados por Carabineros y Fuerzas Armadas.

Y junto con ese discurso más duro, también vino la “nostalgia” por la dictadura y la represión, impulso que llevó a Kast a una segunda vuelta, donde si bien fue derrotado, logró una votación histórica. Lo mismo para Republicanos, que desembarcaron en masa en la Cámara de Diputados, y para qué decir en el Consejo Constituyente, donde arrasaron.

De todas maneras, es necesario mencionar que, de forma sutil, siempre ha estado presente el recuerdo de los 17 años de régimen, con frases como “pronunciamiento militar”, “gobierno militar” y “presidente Pinochet”.

Naveillán, su defensa a Pinochet y las “leyendas urbanas”

Quizá la más evidente ha sido la diputada por La Araucanía, Gloria Naveillán, quien no solo ha reivindicado la figura del dictador, sino que ha puesto en duda las violaciones a los Derechos Humanos que se cometieron.

“No conozco ningún dictador que después de 17 años haya entregado el Gobierno de manera democrática”, aseguró en el programa “Tiempos Violentos” de Canal Vía X, afirmando que “no lo considero un dictador”.

No obstante, no ha sido la única. Su colega de la UDI, Jorge Alessandri, aseveró que “el gobierno de Allende se estaba saltando la Constitución. Yo justifico el golpe militar”.

“Creo que íbamos por un camino muy peligroso para el país”, señaló el parlamentario gremialista.

Pero además, Naveillán relativizó la violencia sexual sistemática contra mujeres ocurrida durante la dictadura.

“Son denuncias que no están probadas, si me demuestran que están probadas no tengo ningún problema, pero que se sumen también las violaciones que hubo a mujeres en la época de la Unidad Popular”, dijo a Cooperativa.

“No creo que hayan sido sistemáticos, yo creo que eso es parte de la leyenda urbana”, opinó.

Moreira y las “leyendas urbanas” de la dictadura: “Provocan incluso a los que fuimos partidarios del gobierno militar”

En la oposición se toman con seriedad los dichos, incluso no todos se atreven a salir a hablar públicamente del tema, y de manera transversal intentan desmarcarse de los brutales dichos de Naveillán.

Uno de los pocos disponibles para conversar fue uno que ha sido considerado un incondicional del “Tata”, como el senador Iván Moreira, quien no solo critica los dichos de la diputada por La Araucanía, sino que también se muestra convencido en que no son necesarias las declaraciones porque -a su juicio- su sector ha dado muestras de respeto por la democracia y los Derechos Humanos.

“Yo que he sido pinochetista, yo he reconocido que en el gobierno militar tuvo muchas luces, pero también tuvo sombras. Y nosotros reconocemos esas sombras que tuvo en materia de derechos humanos”, señala a BioBioChile.

“Y que haya personas que digan que las sombras del gobierno militar fueron leyendas urbanas, eso no es entender nada de nada. Y quien las dice yo creo que provocan incluso a los que fuimos partidarios del gobierno militar”, fustiga.

“Porque aunque la historia se haya escrito con la mano izquierda y por la izquierda, eso no significa que nosotros no valoricemos cada vez más el respeto a los Derechos Humanos, como lo hemos demostrado”, insiste Moreira.

“Quizás nos demoramos 20 años como partido, como UDI, porque el año 2003 sacamos un documento por la paz, donde hacíamos un reconocimiento a que lamentablemente se habían violado los Derechos Humanos durante el gobierno del presidente Pinochet”, recuerda.

“Esas lecciones del pasado son las que hacen y demuestran que en Chile no hay ni van a haber nunca más ruido de sables y menos intervenciones militares. ¿Y sabe por qué? Porque las Fuerzas Armadas también aprendieron su lección. Son otros tiempos los que vivimos. Y además, las Fuerzas Armadas no quieren seguir desfilando por 30 años más por los distintos tribunales de justicia”, concluye.

Diputada Flores responsabiliza al Gobierno

Mientras, la diputada de Renovación Nacional, Camila Flores, asegura que los responsables de que aparezcan algunos justificando el Golpe de Estado es el propio Gobierno.

“El pronunciamiento militar del 11 de septiembre fue un acto provocado por una serie de situaciones que desencadenaron en este pronunciamiento militar”, asevera.

“Teníamos violencia política, internación ilegal de armas a grupos paramilitares, de civiles. O sea, realmente la situación era insostenible”, acusó Flores.

“Entonces, pretender hoy día cambiar la historia, borrar la historia y tratar de instalar imágenes de personas que no eran democráticas como lo fue Salvador Allende, me parece que es un error absoluto y la gente se está dando cuenta de eso”, opinó.

“Este Gobierno ha instalado tanto el tema que al final se les está dando vuelta a la situación y mucha gente cada día más está justificando el pronunciamiento militar como un acto necesario y eso no lo van a poder borrar”, concluye la diputada de RN.

Historiador advierte proceso de radicalización de la derecha

Para el historiador y académico de la Universidad Finis Terrae, Joaquín Fernández Abara, “ha habido un cambio en la actitud de parte importante de la derecha respecto al tema de la memoria histórica reciente y específicamente de los Derechos Humanos, sobre todo entre el aniversario 40 y el aniversario 50”.

“Hay que tener en cuenta que en el aniversario 40, estando en ese momento Piñera en el gobierno, tomó una serie de medidas y en esos años hizo una serie de declaraciones que reflejaban una actitud más bien de revalorización de los Derechos Humanos, de crítica a las violaciones de los derechos humanos durante la dictadura militar”, explica a BBCL.

“El mismo Piñera, que era Presidente de la derecha, fue el que habló abiertamente de cómplices pasivos, una cosa que le podía traer en el fondo bastante costo a su sector. Y eso yo diría que también se vio marcado por otra serie de medidas, como por ejemplo el cierre del Penal Cordillera”, añade Fernández.

En ese sentido, el investigador apunta al ascenso de Republicanos que abre un nuevo nicho de votos, despertando el interés de otras colectividades, como la UDI y RN, que intentan también conectar con ese votante.

“Creo que tiene que ver con el ascenso de una derecha radical que emergió por la extrema derecha a la derecha tradicional en Chile, entendiendo por derecha tradicional a la UDI-RN, como el ascenso de Republicanos”, apunta.

“Entonces eso lleva, que sobre todo partidos como la UDI, que son los que se han visto más afectados en términos electorales, lleven a tratar de volver a captar su electorado más tradicional, más duro”, explica.

Asimismo, para el docente la crisis de seguridad también juega un rol importante en todo esto.

“El problema de la crisis de seguridad ha llevado a un endurecimiento de visiones más punitivistas, Y diría que eso indirectamente, aunque en el fondo no pudiese tener nada que ver, pero al interior de la derecha otros sectores sientan validado ese discurso”, añade.

“¿Y qué es lo que sucede en el fondo? Básicamente, los sectores más moderados y críticos de las violaciones de los Derechos Humanos que representaba Piñera, quedan reducidos a un segundo plano”, dice Fernández.

Sin embargo, el experto advierte que “esto por lo menos se va a quedar por un tiempo, pero eso depende mucho del futuro, de lo que pase con los resultados que tenga el Consejo Constituyente”.

Aun así, sentencia que “es probable que esta tendencia se demore en detenerse y tengamos un proceso de radicalización de la derecha bastante importante y de una nueva derecha más radical”.