De acuerdo a las cifras que registra CGE, el año pasado hubo 301 eventos de robo de conductores o cables eléctricos a nivel nacional, que afectaron a 98.297 mil familias entre Arica y Villarica.

Uno solo de esos robos, ocurrido en diciembre en Arica, afectó el suministro eléctrico de 26.467 clientes, mientras que las regiones más afectadas por este problema fueron precisamente Arica y Parinacota, Coquimbo y O’Higgins.

El gerente zonal de Bío Bío de CGE, Rodrigo Parraguez, afirmó que esta situación “no solo implica molestias para la comunidad, las actividades productivas o la atención de los servicios básicos, sino que también puede provocar accidentes, incluso mortales, para quienes se arriesgan a cometer este delito”.

Más aun, recordó que en casos extremos las reparaciones pueden tardar varias horas debido al trabajo terrestre que implica identificar el punto de corte, determinar el nivel de daños y solo en ese momento destinar las brigadas necesarias para la reposición del suministro.

La compañía informó que como se trata de un problema que abarca más allá de las distribuidoras eléctricas, están “en permanente contacto con las autoridades regionales en el marco de la Mesa de Robo de Cables liderada por la Subsecretaría de Prevención de Delitos y Seremi de Energía, para abordar esta situación en forma conjunta con otras empresas, las policías y el Gobierno”.