Con fecha de hoy, el arzobispo de Santiago, cardenal Ricardo Ezzati, fue citado por la Fiscalía Regional de Rancagua para declarar en calidad de imputado el próximo 21 de agosto, por la eventual responsabilidad que podría tener en el delito de encubrimiento de abusos sexuales perpetrados por el clero chileno.

“Reitero mi compromiso y el de la Iglesia de Santiago con las víctimas, con la búsqueda de la verdad y con el respeto a la justicia civil. Tengo la convicción de que nunca he encubierto ni he obstruido a la justicia, y como ciudadano cumpliré con mi deber de aportar todos los antecedentes que contribuyan a esclarecer los hechos”, afirmó Ezzati mediante un comunicado emitido por el Arzobispado.

La citación judicial se conoce dos días después de revelarse el contenido de una carta -hallada en un allanamiento efectuado al Obispado de Rancagua- escrita por el actual obispo emérito Alejandro Goic y dirigida a Ezzati, en la que indicaba “nadie hoy puede mantener en silencio los abusos a menores. Quien lo hace se pone en situación de tercero y también de cómplice”.

Esta misiva, encontrada en medio de la investigación a cargo del fiscal Emiliano Arias, revela que Goic cuestionó el tratamiento que Ezzati le dio a los casos de abuso sexual cometidos por sacerdotes.

Crisis en la Iglesia Católica chilena

La Iglesia Católica chilena vive un auténtico calvario a raíz de las denuncias de víctimas de abusos sexuales que desde 1960 ha salpicado a un total de 158 obispos, sacerdotes y laicos, según datos de la Fiscalía.

En total, 266 personas, entre ellas 178 menores y adolescentes, habrían sido víctimas de abusos sexuales por miembros ligados a la Iglesia Católica chilena, que vive una de sus peores crisis.

Desde que las denuncias de las víctimas arreciaron y amargaron la visita del papa Francisco a Chile en enero, el pontífice decidió tomar el caso en sus propias manos y envió en dos ocasiones a su hombre de confianza, el arzobispo de Malta Charles Scicluna, para entrevistarse con víctimas y posibles encubridores.

En mayo invitó a Roma a víctimas de abusos sexuales del clero y a todos los obispos chilenos, quienes al final del encuentro con el Papa presentaron su dimisión en bloque. Por el momento, el papa solo ha aceptado la de cinco prelados. Cuatro de ellos están acusados de encubrir o ignorar las denuncias de abusos sexuales de sus subordinados.

La semana pasada entró en la cárcel el sacerdote Óscar Muñoz, mano derecha de monseñor Ezzati en el obispado de Santiago, acusado de abusar y violar a siete menores.

Autoinculpado en enero, los detalles de los abusos de Muñoz se revelaron luego de que el expediente del caso fuera uno de los archivos incautados por la fiscalía chilena en un sorpresivo operativo que realizó en oficinas de los arzobispados de Santiago y Rancagua el 13 de junio.