“Nadie hoy puede mantener en silencio los abusos a menores. Quien lo hace se pone en situación de tercero y también de cómplice”, señaló el actual obispo emérito Alejandro Goic en una carta dirigida al arzobispo Ricardo Ezzati.

Esta misiva, encontrada en medio de la investigación a cargo del fiscal Emiliano Arias, revela que Goic cuestionó el tratamiento que Ezzati le dio a los casos de abuso sexual cometidos por sacerdotes.

La carta, hallada en un allanamiento efectuado al Obispado de Rancagua y dada a conocer por El Mercurio, fue escrita en 2013, cuando Goic era presidente de la Comisión Nacional de Prevención de Abusos, y se desconoce si llegó a manos de Ricardo Ezzati.

En el escrito, Alejandro Goic le comentó que “a veces tengo la impresión, quizás muy subjetiva, que no compartes los criterios de la Comisión Nacional en estos delicados temas. A su vez, miembros de la Comisión manifiestan su disconformidad frente a algunas situaciones que te ha tocado asumir. A mí no me ha sido fácil. Mantener la comunión contigo y respetar y escuchar los juicios críticos de los integrantes requiere un equilibrio complejo”.

“Quizás, es responsabilidad mía, ha faltado provocar un diálogo fraterno, en que, por el amor al Señor y a la Iglesia, conversemos sinceramente y aunemos criterios en materias que han marcado dolorosamente nuestra Iglesia”, agregó.

Víctimas

En relación a las víctimas de abusos, el entonces obispo escribió que han sido “heridas y traumatizadas”, por lo que “como Iglesia necesitamos desarrollar una mayor actitud empática hacia estas personas, más allá de sus rabias, de sus injustas descalificaciones”.

Respecto del Caso Karadima, en la misiva indicó: “Sé que han sido injustos, duros, incluso a veces han mentido. Pero nada de aquello les quita la condición de víctimas heridas y dañadas”.

Además, en la carta escribió que antes se mantenían en silencio los casos de abusos, se veían como debilidades humanas y se trasladaba a otros lugares a los sacerdotes involucrados. “Hoy, eso se acabó, gracias a Dios. Tenemos conciencia que no sólo es un pecado gravísimo, sino también un delito ante la ley civil”.

“Si ponemos a las víctimas en primer lugar, tenemos el deber moral de actuar con la verdad. Una política de mayor transparencia es una señal necesaria e indispensable en esta hora”, afirmó.

Ricardo Ezzati

En la carta, Goic le señaló a Ezzati que “hay laicos e incluso algunos hermanos obispos, que me manifiestan sentir cierta inhibición ante ti. Sienten temor a las consecuencias que pudieran tener sus eventuales discrepancias contigo y ello les impide hacer contribuciones que pueden ser valiosas”.

“El temor les paraliza y es evidente que eso no es sano”, sostuvo.

En la misiva, Alejandro Goic explicó que sus palabras eran críticas constructivas y una corrección fraterna. Además, le pidió a Ezzati que recibiera el escrito “con un espíritu abierto y sencillo”, y le manifestó su disposición a conversar respecto del contenido del mismo.