La investigación abierta en Israel sobre el uso por parte de la Policía de programas de espionaje desarrollados por la empresa NOS no supuso una violación de las leyes del país, después de que un medio de comunicación apuntara en enero a un supuesto espionaje a personas no sospechosas de crímenes, incluidos activistas, si bien ha reconocido unos pocos casos en los que la Policía se "excedió" en sus acciones.

El panel de investigación presentó este jueves sus conclusiones a la fiscal general, Gali Baharav-Miara, y destacó que, si bien la Policía excedió las autorizaciones dadas por los tribunales en algunos pocos casos, no hubo acceso masivo a teléfonos con los programas Pegasus o Saifan, según informó el diario Yedioth Ahronoth.

Las investigaciones, que se han sucedido durante los últimos seis meses, determinaron que las acciones llevadas a cabo por la Policía se enmarcaron en sus competencias y resaltaron que la Policía no tuvo acceso a las bases de datos internas de NSO, por lo que no pudo manipular o cambiar datos.

Según las informaciones recogidas por el diario Haaretz, el informe recoge además algunos casos en los que la Policía rebasó las restricciones impuestas en las órdenes judiciales, incluida la extracción de información adicional no incluida en las mismas o usar el ‘spyware’ después de que la orden hubiera expirado.

Por su parte, la Asociación para los Derechos Civiles en Israel reiteró que “el uso del ‘spyware’ por parte de la Policía es ilegal, ya sea con orden judicial o sin ella”. “El pecado original es el acto de comprar y usar ‘spyware’ que es capaz de llevar a cabo un abanico tan amplio de acciones generales. La fiscal general debe seguir prohibiendo el uso de ‘spyware’ por parte de la Policía”, ha zanjado.

El ministro de Justicia de Israel, Gideon Saar, dijo en febrero que las informaciones sobre el supuesto espionaje de la Policía eran “incorrectas”, después de que el Ministerio de Justicia afirmara que “no hay indicaciones” sobre la existencia de este espionaje. Por su parte, el portal Calcalist destacó que los resultados de las pesquisas “requieren una seria consideración y reexaminar las conclusiones y afirmaciones publicadas”, antes de asegurar que, una vez termine esta revisión, “no dudará en corregir todo lo que sea necesario”.

Según este portal, los hackeos afectaron a líderes de movimientos sociales, periodistas del portal de noticias Walla, empresarios, alcaldes y varios altos cargos de diversos ministerios, además de los asesores de medios del ex primer ministro Benjamin Netanyahu, Topaz Luk y Yonatan Urich.

El ahora ex fiscal general de Israel, Avichai Mandelblit, anunció el 20 de enero que abrirá una investigación en torno al supuesto uso por parte de la Policía de este ‘spyware’, mientras que el jefe de la Policía, Kobi Shabtai, reseñó que “no hay y nunca ha habido un escenario en el que la Policía haya violado de forma fundamental y metódica el pacto de defensa no escrito entre ella y los ciudadanos”.