Rusia calificó este jueves de “superficial” y “poco profesional” el informe de la ONU que designa al régimen sirio, aliado del Kremlin, como responsable del ataque con gas sarín que dejó en abril más de 80 muertos en Jan Sheijun.

“Consideramos que el informe es muy superficial, poco profesional (…) La misión llevó a cabo su investigación a distancia, nada más, es un escándalo”, declaró Mijail Ulianov, responsable del departamento de Seguridad y Desarme del ministerio ruso de Relaciones Exteriores, en rueda de prensa.

“Habría sido más honrado reconocer que es imposible hacer una investigación con las condiciones actuales”, agregó.

En un informe de la ONU publicado el 26 de octubre, los expertos se mostraron “convencidos de que la República Árabe Siria” era “responsable del uso de gas sarín en Jan Sheijun el 4 de abril de 2017”.

El ataque en esta ciudad de la provincia de Idlib, controlada entonces por rebeldes y yihadistas, causó 83 muertos según la ONU, y al menos 87, según la oenegé Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH).

Un día después de la publicación del informe, Moscú había criticado sus “incoherencias” y “testimonios dudosos”.

Según Ulianov, la aviación siria no pudo bombardear Jan Sheijun, ya que el cazabombardero Su-22 incriminado en el ataque volaba a más de cinco kilómetros de la zona.

El responsable ruso lamentó que los “escenarios” alternativos propuestos por Rusia hayan sido “ignorados”.

Rusia siempre ha asegurado que el gas sarín hallado en la localidad procedía de la explosión de un obús en el suelo y no de un bombardeo sirio.

Las imágenes de los habitantes, entre ellos numerosos niños, que agonizaban tras el ataque, dieron la vuelta al mundo y llevaron a la administración estadounidense de Donald Trump a atacar la base aérea desde donde, según las potencias occidentales, se había lanzado la ofensiva sobre Jan Sheijun.

En la noche del 6 de abril, el ejército estadounidense disparó 59 misiles de crucero Tomahawk desde dos buques estadounidenses hacia la base de Al Shairat.

El régimen sirio, que desmintió cualquier implicación en el bombardeo de Jan Sheijun, acusó a los autores del informe de la ONU de haber “falsificado la verdad”.