Unas imágenes publicadas en las redes sociales muestran un avión cayendo casi en vertical, que explota al llegar al suelo, en medio de llamas y humo negro. Se trata de un avión de transporte ruso II-67, siniestrado el miércoles en la región de Bélgorod, a 45 kilómetros de Ucrania. Tras el siniestro del avión, que transportaba a 65 supuestos prisioneros ucranianos, se suceden las versiones sobre el suceso.

Las autoridades ucranianas no tienen indicios de que prisioneros de guerra ucranianos que iban a ser intercambiados por cautivos rusos en manos de Kiev viajaran en el avión de transporte militar Il-76 que se estrelló este miércoles en la región rusa de Bélgorod, fronteriza con Ucrania.

Así lo afirmó hoy el Defensor del Pueblo ucraniano, Dmitró Lubinets, que declaró a la televisión nacional que “no existen indicios que un número tan alto de personas fueran a bordo” del avión.

Según Moscú, viajaban 65 prisioneros de guerra ucranianos y nueve acompañantes rusos que perdieron la vida sin excepciones al caer el aparato.

También se pronunció sobre el siniestro el representante de la inteligencia militar ucraniana (GUR), Andrí Yusov, que dijo tener constancia de que sólo cinco cuerpos ingresaron en la morgue de Bélgorod después de que cayera el avión.

Según la versión oficial rusa de lo ocurrido, el avión transportaba a 65 prisioneros de guerra ucranianos que iban a ser devueltos a Ucrania.

Todo lo anterior, en un canje por cautivos rusos cuando fue derribado por misiles ucranianos disparados desde el otro lado de la frontera.

Ucrania no ha negado su responsabilidad en el derribo del avión y ha confirmado que había previsto un intercambio de prisioneros para el mismo día del siniestro. Pese a esto, pide no dar validez a la versión rusa hasta que no se conozcan más detalles.

Finalmente cabe destacar que Kiev pidió una investigación internacional para esclarecer lo ocurrido, según lo dio a conocer RT.