Después de anunciar la suspensión del Tratado de Amistad con España, Argelia pone en marcha este jueves las primeras medidas de represalia económica con la congelación de las domiciliaciones bancarias para comercio exterior, a lo que el Gobierno español dijo que responderá de manera "serena, pero firme".
Esta suspensión amenaza con hacer más incierta la estabilización de los mercados energéticos, ya que Argelia es el segundo suministrador de gas de España (un 23% del total) y, por tanto, lastrar la recuperación de la industria española, que encararía su tercera crisis reciente, tras la pandemia y la guerra en Ucrania.
Tensión política
El origen de las tensiones entre España y Argelia está en el cambio de la postura española sobre el Sáhara Occidental, después de que el pasado marzo el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, apoyó la propuesta marroquí de una autonomía para ese territorio, antigua colonia española.
Hasta entonces, España había apoyado un referéndum de autodeterminación para el pueblo saharaui auspiciado por Naciones Unidas.
Este cambio de postura enfadó a Argelia, tradicional aliado de los saharauis, y como consecuencia, llamó a consultas a su embajador en Madrid. Posteriormente, dio un paso más con la suspensión del Tratado de Amistad y Cooperación que tenía con España y este jueves con la congelación el comercio exterior con ese país.
El Gobierno español trabaja “con todos los medios diplomáticos disponibles para restablecer cuanto antes” el Tratado de Amistad, pero mientras, estudia las consecuencias y dará una respuesta “firme” para defender los intereses comerciales españoles, afirman desde el Ejecutivo.
El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, que no desveló si mantiene ya contactos con el Gobierno de Argel ni qué medidas se tomarán para responder a la suspensión de las relaciones comerciales, recordó que el presidente argelino, Abdelmadijd Tebboune, garantizó el suministro de gas a España el pasado 24 de abril.
Esta crisis con Argelia provocó también una tormenta política en España, donde el cambio de postura del Gobierno sobre el Sáhara no fue apoyado por el Congreso y los partidos le piden explicaciones al Ejecutivo sobre las consecuencias de esa decisión.
La Comisión Europea también intervino para señalar que ve “extremadamente preocupante” la suspensión por parte de Argelia de su Tratado de Amistad, Buena Vecindad y Cooperación con España e instó al país africano a dar marcha atrás.
Consecuencias económicas
Desde un punto de vista económico, lo que más preocupa a España es el suministro de gas argelino, que supone el 23% de las importaciones españolas de esta fuente de energía. Es el segundo importador, por detrás de Estados Unidos, después de que priorizaran las importaciones estadounidenses en los últimos meses.
Desde el Gobierno confían en que la decisión argelina no afecte a los contratos privados con las empresas energéticas españolas, porque eso sería un problema más complejo que tendría que resolverse con arbitrajes o en los tribunales.
La ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, puntualizó que los contratos son entre compañías privadas argelinas y españolas y tienen una vigencia de diez años: “Hoy por hoy” el suministro de gas está funcionando con total normalidad, dijo.
Pero el negocio de España con Argelia no solo se limita al gas pues, según los últimos datos del Ministerio de Industria, ente los productos que más vendió España figuran papel cartón y sus manufacturas, máquinas y aparatos mecánicos, fundición, hierro y acero, o materias plásticas y sus manufacturas, mientras que compró principalmente combustibles, aceites y minerales y, en menor medida, productos químicos inorgánicos.
Desde Argelia, expertos económicos declararon a Efe que la decisión de suspender el Tratado tras veinte años de vigencia agravará las estancadas relaciones de los últimos tres meses, pero los contratos gasísticos con los clientes españoles “están protegidos”.
Cooperación en seguridad
Otro aspecto importante en las relaciones hispano-argelinas es la seguridad, tanto en lo referente a la lucha contra el terrorismo como a la inmigración, ya que Argelia es el segundo país de procedencia de quienes llegan por mar a España.
Respecto a la lucha contra el terrorismo, España ha elogiado la disposición de Argelia a mantener la seguridad en el norte de África y en el Sahel -la franja que va desde el África Occidental hasta Somalia-, como hizo Pedro Sánchez cuando visitó Argel en octubre de 2020.
El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, aseguró hoy que la suspensión del Tratado de Amistad no afectará a la cooperación en materia de seguridad y en concreto contra la inmigración ilegal.