El expresidente francés François Hollande afirmó este miércoles ante el tribunal que juzga los atentados yihadistas de 13 de noviembre de 2015 que los terroristas del Estado Islámico atacaron Francia no por sus intervenciones militares en el exterior sino “por nuestro modo de vida aquí”.
Hollande insistió en que los ataques de aquella noche, en la que 130 personas fueron asesinadas y varios cientos resultaron heridas, se perpetraron “no por lo que hacíamos, sino por lo que representábamos (…) una sociedad abierta”.
El que fuera jefe del Estado entre 2012 y 2017 se mostró dispuesto, al inicio de su declaración como testigo ante el Tribunal de lo Criminal de París, a responder a todas las preguntas que le hagan las víctimas, que dijo que eran la primera razón por la que estaba allí.
También subrayó la importancia de este proceso porque consideró que en una democracia la respuesta a esos actos tiene ser “la del derecho, no la de la venganza”.
Hollande, que declaró a pocos metros de Salah Abdeslam, el único superviviente de los comandos que perpetraron los atentados de aquella noche, hizo hincapié en que Francia estaba amenazada “cada día” por el terrorismo islamista, pero que no disponía de informaciones precisas sobre un atentado.
“No sabíamos dónde, cuándo y cómo nos iban a atacar”, subrayó a una pregunta sobre esa cuestión del presidente del tribunal, Jean-Louis Périès.
Contó que “sabíamos que había operaciones que se preparaban” y también que entre el flujo de refugiados que llegaban a Europa desde Siria se habían infiltrado potenciales terroristas.
En cuanto a si había una amenaza contra la sala de espectáculos del Bataclan, donde se produjo la mayor masacre del 13 de noviembre de 2015 (90 muertos), dijo que hubo una en 2009 pero no tuvo continuidad y recordó que era por un motivo antisemita.
Sin embargo, añadió que mientras él fue presidente no recibió ninguna información de nuevas amenazas.
Hollande justificó el hecho de que una patrulla de militares que acudieron al Bataclan minutos después de la entrada de los terroristas no intervinieran, ya que “eran operaciones extremadamente delicadas” y su actuación hubiera podido suponer riesgos mayores.
Es más, rindió homenaje a la actuación de los cuerpos de seguridad y afirmó que no hubo fricciones entre ellos.