El ministro italiano del Interior, Matteo Salvini, aseguró este martes que espera que los franceses se liberen del “pésimo” presidente Emmanuel Macron y escojan a uno “más serio, representativo, concreto y coherente”.

Con esas declaraciones aumentó la tensión entre Francia e Italia tras las declaraciones la víspera del viceprimer ministro Luigi Di Maio, líder de la formación antisistema Movimiento 5 Estrellas, quien pidió a la Unión Europea que estudie “sanciones” para Francia porque “empobrece a África” con el franco CFA, considerado una divisa colonial.

“No me meto en los asuntos de la democracia francesa. Sólo espero que los franceses en las elecciones europeas del 26 finalmente recuperen su futuro y su destino, su orgullo pobremente representado por un personaje como (Emmanuel) Macron”, escribió luego en Facebook.

“Estoy con todo mi corazón y con todo mi trabajo cerca del pueblo francés, de millones de hombres y mujeres que viven en Francia con un pésimo gobierno y un pésimo presidente de la República”, agregó Salvini en un video publicado en su página de Facebook.

Se trata de un nuevo ataque al presidente francés, quien firmó el martes un tratado franco-alemán.

El Ministerio de Relaciones Exteriores de Francia convocó el lunes después de las declaraciones de Di Maio, al embajador de Italia en ese país.

Para Di Maio, ministro también de Desarrollo Económico, “en una docena de países africanos Francia imprime una moneda, el franco de las colonias y con esa moneda financia su deuda pública”, aseguró.

“Si Francia no contara con las colonias africanas, porque es así que hay que llamarlas, sería la 15ª economía más importante del mundo. Hoy está entre las primeras economías gracias a lo que está haciendo en África”, agregó.

Ante la crisis, el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, quiso calmar el clima al resaltar “la amistad histórica” entre Italia y Francia.

“Dado que Europa atraviesa una fase particularmente crítica, aplastada por el peso de los flujos migratorios e incapaz de expresar una estrategia política común y unida, es legítimo cuestionar la efectividad de las políticas globales emprendidas tanto a nivel nacional como de la Unión Europea”, escribió Conte en una declaración oficial.

“Esto no significa que se cuestione la amistad histórica con Francia y menos aún con el pueblo francés”, subrayó.