Los dos rusos a los que Reino Unido acusa de haber envenenado al exespía Serguéi Skripal, en Inglaterra, fingieron ser hombres de negocios de San Petersburgo para obtener visados con los que viajar a Londres, afirmó este viernes el Daily Telegraph.

Los sospechosos fueron identificados como Alexander Petrov y Ruslan Boshirov, sin embargo, podría tratarse de nombres falsos. “Ambos de unos cuarenta años, se hicieron pasar por hombres de negocios para obtener visados en el consulado británico en San Petersburgo”, afirmó el medio citando a fuentes de seguridad.

“Dijeron a las autoridades británicas que trabajaban en el comercio internacional y presentaron tarjetas de visita y cuentas bancarias con un saldo de miles de libras”, añadieron.

“Los visados sólo se emiten si los visitantes rusos a Reino Unido pueden demostrar que disponen de medios para regresar” a su país, explicó el diario.

La fuente citada subraya que dado “lo difícil que es para los ciudadanos rusos obtener visas, se podría pensar que estos dos hombres eran exactamente el tipo de personas que deberían haber despertado sospechas”.

Londres anunció el miércoles que lanzó órdenes de detención europeas contra los dos hombres, a los que acusa de ser “oficiales” de los servicios de inteligencia militar rusos, conocidos como GRU.

Desde el principio, las autoridades rusas niegan rotundamente cualquier implicación en este caso.

La fiscalía británica les imputó tres cargos: conspiración para cometer asesinato, intento de asesinato contra Serguéi Skripal y su hija Yulia y contra un policía británico que también resultó contaminado, y uso y posesión de Novichok, una potente sustancia neurotóxica desarrollada en la Unión Soviética.

Sospechosos del ataque | Agence France-Presse
Sospechosos del ataque | Agence France-Presse

Hospitalizados en estado crítico, Serguéi y Yulia Skripal lograron sobrevivir tras permanecer varias semanas en tratamiento intensivo en un hospital.

Además, el 30 de junio, una pareja de británicos resultó envenenada tras estar en contacto con el novichok, que se hallaba en un frasco de perfume. La mujer, Dawn Sturgess, de 44 años, falleció, pero su pareja, Charlie Rowley, sobrevivió tras estar hospitalizado casi un mes en estado “grave pero estable”. A finales de agosto, tuvo que ser ingresado de nuevo aquejado de graves problemas de visión.