Manfred Weber, jefe del Partido Popular Europeo (PPE, derecha) en la Eurocámara y aliado de la canciller alemana Angela Merkel, anunció este miércoles su voluntad de presidir la Comisión Europea en 2019, en un contexto de auge de fuerzas euroescépticas en el bloque.

“Quiero devolver Europa a la gente”, aseguró Weber en su primera comparecencia tras anunciar su candidatura, advirtiendo de que “también se ataca [a la Unión Europea] desde dentro, por los radicales, por los antieuropeos, por aquellos que no creen en la idea de la colaboración”.

Su camino al Berlaymont, sede de la Comisión, no será fácil. El alemán debe conseguir el 8 de noviembre en Helsinki el visto bueno de los líderes del PPE y después hacer campaña como cabeza de lista (‘Spitzenkandidat’) en los comicios europeos en mayo.

E incluso si su familia política queda primera entonces, como ocurrió en 2014 con Jean-Claude Juncker quien ejerció de ‘Spitzenkandidat’ del PPE, los mandatarios del bloque son quienes proponen al futuro presidente y ya advirtieron que no se ceñirán sólo a los cabezas de lista.

La posición de los jefes de Estado y de gobierno choca con la de los eurodiputados, quienes ya advirtieron que sólo darán el sí al candidato propuesto por los primeros, si este se ha presentado como cabeza de lista de una de las familias políticas europeas.

¿Comisión o BCE?

Manfred Weber, de 46 años, abre así la carrera en el seno de su familia política, en la que suenan también como posibles candidatos el negociador europeo del Brexit, el francés Michel Barnier (67), y el ex primer ministro finlandés, Alexander Stubb (50).

En su haber figuran sus 14 años en la Eurocámara, donde actualmente es jefe de filas del PPE, el partido más numeroso. Además se le considera más cercano a la canciller alemana, pese a pertenecer a la Unión Social Cristiana (CSU) bávaro, aliada de la CDU de Merkel.

La jefa del gobierno alemán celebró el paso dado por su compatriota en una rueda de prensa en Berlín. “Todavía quedan etapas por superar, otras candidaturas pueden aparecer (…) Pero repito que apoyo esta candidatura”, agregó.

Según la prensa alemana, la dirigente germana apostaría por ver a un alemán a la cabeza de la Comisión en el futuro reparto de sillas en el bloque, en lugar de optar por la presidencia del Banco Central Europeo (BCE) con Jens Weidmann.

Muchos en Bruselas critican, no obstante, a Manfred Weber por su silencio en torno a la actitud del jefe de gobierno húngaro, el populista Viktor Orban, cuyo partido Fidesz forma parte del PPE.

“No puede pretender optar a la presidencia de la Comisión sin dar garantías sobre su apego a los valores europeos”, dijo el eurodiputado ecologista Philippe Lamberts, para quien el voto sobre una dura resolución sobre Hungría la próxima semana será una prueba de fuego.

El alemán tiene también en su contra no haber ejercido funciones de gobierno, especialmente como primer ministro, una constante desde la presidencia del italiano Romano Prodi (1999-2004), sucedido por el portugués José Manuel Durao Barroso (2004-2014) y Juncker.

“¿Quién conoce el perfil de Manfred Weber? No es forzosamente el europeo más conocido. ¿Esto acerca las instituciones europeas de los electores?”, se preguntó la ministra francesa de Asuntos Europeos, Nathalie Loiseau, ante estudiantes de Sciences Po en París.