Es conocido que en el mundo anglosajón se fomenta el desapego entre padres e hijos cuando estos últimos cumplen 18 años y deciden emigrar, ya sea para iniciar estudios universitarios o desempeñar un trabajo que les permita pagar un arriendo mensual y los gastos básicos.
Esta realidad golpeó a Michael Rotondo, un estadounidense de 30 años que fue demandado por sus padres, Mark y Christina Rotondo, para que abandone el hogar que comparten en la ciudad de Nueva York.
Según relata el periódico inglés The Guardian, el caso fue tratado en una corte fiscal por el juez Donald Greenwood, quien trató de convencer a Rotondo aseverando que lo más beneficioso para su vida personal, y la de sus padres, era que comenzara un nuevo trabajo y se hiciera cargo de sus gastos.
Desde la primera audiencia, Greenwood denominó este caso como “indignante” y sin pensarlo mucho dictó una orden de desalojo de la casa. El afectado, en retorno, consideró esta obligación con el mismo término: “indignante”.
Lo cierto es que, desde comienzos de año, los padres de Michael hicieron muchos esfuerzos para que él cambiara su vida, encontrara un lugar para instalarse y comenzara a trabajar para ganar su propio dinero.
La cadena estadounidense CNN consignó que, en los últimos 4 meses, Mark y Christina Rotondo enviaron tres cartas a su hijo pidiendo de buena manera que se fuera de la casa y “enrielara su vida”
La primera (2 de febrero) indicó lo siguiente: “Michael, después de discutirlo con tu madre, decidimos que estás obligado a dejar esta casa inmediatamente. Tienes 14 días para desocupar y no está permitido que retornes. Tomaremos cualquier acción necesaria para reforzar esta decisión”.
La misiva no tuvo el efecto deseado y el varón continuó pernoctando en la casa de sus padres, por lo que ellos enviaron una segunda, y tajante, nota de advertencia: “Michael Joseph Rontodo, por la presente se te notifica de tu desalojo”.
No obstante, el escrito tampoco tuvo el efecto deseado y el joven siguió ocupando el hogar. La situación se volvió tan angustiante para el matrimonio que tomaron una decisión extrema.
En una tercera carta, enviada el 18 de febrero, le ofrecieron dinero para que él encontrara un nuevo lugar para vivir.
“Aquí tienes 1.100 dólares (cerca de 700 mil pesos) para que encuentres un lugar definitivo para quedarte“, detallaron.
Sin embargo, en la misiva detallaron algunas “advertencias” para su hijo: “Vende algunas cosas de valor para que tengas dinero extra”, “En los diarios hay ofertas de trabajos para personas con un ‘pobre currículum’ como tú” y “Si necesitas ayuda con el traslado, tu madre puede ayudarte”.
En abril, tras no tener ningún resultado positivo, la pareja llegó hasta la corte para lograr una orden que obligara a su hijo a dejar la casa. A pesar que había una orden de desalojo de por medio, el hombre parecía disfrutar del momento.
The Guardian consignó que Michael arguyó ante el juez Greenwood que “tenía bien claro que no vivía en el sótano, que ocupaba su propia pieza y que lavaba toda su ropa”.
Al mismo tiempo, el sujeto indicó que estaba a cargo de su propio emprendimiento. Consultado por el magistrado sobre éste, su respuesta fue: “Mi negocio es asunto mío”.
Lo cierto es que Michael Rotondo tiene “los días contados” en su actual hogar y deberá desalojarlo en dos semanas.
