Armenia acusó a Azerbaiyán de haber llevado a cabo bombardeos en la principal ciudad de Nagorno Karabaj, Stepanakert, en el sexto día de violentos combates en esta región separatista que no ceden, pese a que las autoridades de Ereván se dijeron dispuestas el viernes a trabajar por un alto el fuego con los países mediadores.

En Stepanakert, de 50.000 habitantes, hubo “numerosos heridos entre la población civil”, además de daños materiales, según el ministerio de Defensa de Armenia. Las autoridades separatistas dieron cuenta de diez socorristas heridos.

Las sirenas de las ambulancias ululaban por la mañana y se oyeron varias explosiones, según un periodista de la AFP en el lugar.

Paralelamente, Turquía está recibiendo críticas internacionales por haber enviado “yihadistas” en apoyo a Azerbaiyán, lo cual podría significar un peligroso giro en este conflicto.

Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), al menos 28 combatientes proturcos, de 850 enviados a ayudar a las tropas azerbaiyanas, murieron desde el inicio de las hostilidades.

Este viernes el gobierno armenio se dijo dispuesto a trabajar con el grupo de mediación copresididido por Rusia, Estados Unidos y Francia, para instaurar un alto el fuego. Sin embargo, para Azerbaiyán la solución del conflicto exige la retirada armenia de este enclave situado en su territorio.

“Si Armenia quiere terminar con esta escalada (…) debe poner fin a la ocupación”, dijo a la prensa Hikmet Hajiyev, consejero del presidente azerbaiyano.

Nagorno Karabaj es un territorio azerí poblado mayoritariamente por armenios que proclamó su independencia en 1991, lo cual provocó una cruenta guerra que se saldó con 30.000 muertos.

El viernes, la principal ciudad del enclave separatista, Stepanakert, fue atacada por las fuerzas azeríes y hubo “numerosos heridos entre la población civil” además de daños materiales, según el ministerio de Defensa de Armenia.

Las sirenas de las ambulancias ululaban por la mañana y se oyeron varias explosiones, según un periodista de la Agence France-Presse en el lugar.

Esto demuestra que los pedidos de la comunidad internacional para un alto el fuego no surten efecto. El jueves, los presidentes Francia, Estados Unidos y Rusia pidieron el fin inmediato de los combates. Los tres países lideran desde el inicio de los años 1990 la mediación de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) sobre Nagorno Karabaj.

Línea roja

A ambos lados de la línea de frente, los habitantes se decían determinados este viernes. “No tenemos miedo, sino orgullo (…) La guerra es la guerra. Las negociaciones son una tontería, tienen que rendirse”, dijo Arkadi, de 66 años, residente en Stepanakert.

En el distrito de Fizuli, del lado de Azerbaiyán, los niños fueron evacuados de zonas cercanas a los enfrentamientos, pudo comprobar un fotógrafo de AFP. Muchos hombres se presentaron voluntarios para luchar.

“No tenemos miedo”, dijo Anvar Aliyev, un taxista azerbaiyano, instando a “recuperar las tierras”.

El ejército armenio acusó a Bakú el viernes de usar “bombas de racimo” en los combates, un armamento prohibido.

Además, el primer ministro armenio, Nikol Pashinyan, aseguró que Turquía está implicada militarmente en el conflicto al apoyar a Azerbaiyán con “vehículos militares, armas y consejeros militares”, así como transportando “miles de mercenarios y terroristas” a la línea de frente en Karabaj, en una entrevista al diario francés Le Figaro.

En la misma línea, el presidente francés, Emmanuel Macron, que mantiene relaciones complicadas con su homólogo turco Recep Tayyip Erdogan, afirmó que 300 milicianos yihadistas salieron de Siria en dirección a Azerbaiyán pasando por Turquía. Una “línea roja”, según el jefe de Estado francés.

“Es desinformación”, negó este viernes el consejero de la presidencia en Bakú.

Rusia también posee informaciones parecidas al respecto, aunque no acusó directamente a Ankara con la que mantiene una relación complicada pero pragmática.

Una intervención directa de Turquía marcaría un punto y aparte, porque abriría la puerta a una internacionalización del conflicto en esta región del sur del Cáucaso, donde muchas potencias como Rusia, Turquía o Irán, tienen intereses.

Informaciones contradictorias

Las dos partes en conflicto se acusan mutuamente de ataques y reivindican haber causado dolorosas pérdidas en el adversario desde que el domingo comenzaron estos enfrentamientos, los más violentos desde 2016 en esta zona.

Shushan Stepanian, portavoz del ministerio de Defensa en Ereván, aseguró que el ejército azerbaiyano “había fracasado en su intento de quebrar la defensa armenia”.

Pero el ministerio azerí dijo exactamente lo contrario y explicó que sus fuerzas habían tomado posiciones en el norte, en “las montañas de Madaguiz”, y habían forzado a los armenios a retirarse hacia el sur.

Los balances oficiales hablan de al menos 190 muertos: 158 soldados separatistas, 13 civiles armenios y 19 civiles azerbaiyanos, aunque las autoridades de Bakú no han comunicado aún pérdidas militares.

Armenia dice que sus fuerzas han matado a 1.280 soldados azerbaiyanos y Bakú asegura que fallecieron 1.900 militares enemigos.