El Departamento de Salud informó que entre los fallecidos había cinco niños. El grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) atribuyó el ataque al ejército regular del país, que no se ha pronunciado al respecto.

Al menos 17 personas murieron este sábado en un ataque aéreo en el sur de Jartum, capital de Sudán, en una nueva jornada de combates entre el Ejército y el grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR).

El Departamento de Salud informó que entre los fallecidos había cinco niños. Según las FAR, el ataque aéreo fue perpetrado por el ejército regular del país, que no se ha pronunciado al respecto.

Sin embargo, en un discurso publicado por el ejército el viernes, el alto general Yassir Al-Atta advirtió a la gente que se mantuviera alejada de las casas que habían sido ocupadas por las FAR, “porque en este punto, los atacaremos en cualquier lugar”, dijo entre vítores.

“Entre nosotros y estos rebeldes hay balas”, dijo, aparentemente descartando los intentos de mediación.

17 personas mueren tras un ataque aéreo contra la capital de Sudán

A través de un comunicado, los paramilitares dijeron que habían derribado un avión de combate del Ejército, que “atacó por la mañana varios barrios residenciales en el sur de Jartum, Mayo, Al Yarmuk y Mandela, causando la muerte y heridas a decenas de civiles”.

La capital de Sudán y la próxima localidad de Um Durman son escenarios de enfrentamientos violentos desde que estalló el conflicto entre ambas partes el pasado 15 de abril y esta mañana se escucharon de nuevo los sonidos de armas antiterrestres, mientras aviones de combate sobrevolaron ambas ciudades.

Tras el ataque aéreo, numerosas columnas de humo ascendieron sobre almacenes de combustible en esta zona, la más afectada por el choque entre los bandos enfrentados.

Los funcionarios de salud dijeron hoy estar saturados por los cientos de heridos que huyen de la región de Darfur. Ayer, Médicos Sin Fronteras (MSF) advirtió de que al menos 324 personas heridas han llegado en los últimos tres días a un hospital del este de Chad procedentes de Sudán, donde, según Unicef, más de un millón de niños se han visto desplazados.