Los rebeldes etíopes de Tigré anunciaron este lunes que se retiran de varias zonas del norte del país y se repliegan hacia su región para “abrir la puerta” a la ayuda humanitaria, marcando una nuevo punto de inflexión en el conflicto.

“Hemos decidido retirarnos de esas zonas hacia Tigré. Queremos abrir la puerta a la ayuda humanitaria”, declaró a la Agence France-Presse Getachew Reda, portavoz del Frente de Liberación del Pueblo de Tigré (TPLF), anunciando la salida de las regiones de Amhara y Afar.

El portavoz explicó que esta decisión se tomó hace algunas semanas y precisó que los combatientes están realizando una retirada “fase a fase” en varias localidades, incluyendo Lalibela, un lugar catalogado como patrimonio de la humanidad por la Unesco, que ha cambiado de manos varias veces durante el conflicto.

Este anunció marca un revés mayor para los rebeldes, que habían desestimado el llamado del gobierno de retirarse de Afar y Amhara como una condición previa a iniciar un diálogo.

El conflicto entre las fuerzas leales al primer ministro Abiy Ahmed y las tropas del TPLF han desatado una crisis humanitaria y llevó al Consejo de Derechos Humanos de la ONU a votar para ordenar una investigación internacional por las acusaciones de abusos.

El conflicto en el norte de Etiopía comenzó en noviembre de 2020 después de que el primer ministro envió al ejército para desalojar a los rebeldes del TPLF, a quienes acusa de atacar bases militares.

Ahmed prometió una victoria rápida, pero en junio, los rebeldes recapturaron la mayor parte del Tigré y avanzaron hacia las regiones vecinas de Afar y Amhara.

El conflicto ha provocado más de dos millones de desplazados, y causó que cientos de miles de etíopes se encuentren en riesgo de hambruna, según la ONU, con reportes de masacres y violaciones por parte de ambos bandos.