Jack Dorsey, unos de los cofundadores de Twitter sin duda es un personaje curioso en el mundo de los CEO de las empresas tecnológicas.

Aprovechó su habilidad con la programación y junto a Evan Williams, Biz Stone y Noah Glass confundaron en 2006 la popular red social que en sus comienzos sólo sería un servicio de mensajería de 140 caracteres, pero se transformó en una de las plataformas más populares del mundo.

Querida por muchos, odiada por seguramente la misma cantidad, Twitter se transformó en una opción más para tener interacción social en internet, aunque ha ido perdiendo terreno en el mundo gracias a otras plataformas como Facebook (en baja para jóvenes, pero atractiva para mayores), Instagram o TikTok.

Sin embargo, Dorsey se mantiene como su Director Ejecutivo y al mismo tiempo que trata de mejorar la plataforma, parece que su aspecto va en “decadencia” para muchos a la vez que sus excentricidades son cada día más públicas, un cambio importante en la vida de uno de los reyes de Sillicon Valley.

Jack Dorsey, una vida austera o excéntrica

Dorsey fue afortunado con su inteligencia para oficiar como fundador de importantes empresas de Sillicon Valley, además de Twitter, posee Square, una empresa dedicada al rubro de los pagos a través del teléfono móvil.

Pero también fue bendecido con la genética, puesto que su físico, ojos azules y en algunas ocasiones, excelente gusto para vestir, lo han destacado como uno de los CEO más elegantes del mundo, destacó GQ.

En 2019 visitó la Semana de la Moda en París, sentado en primera fila de los desfiles de Dior, Rick, Owens y Celine causando furor con los outfits que llevó, sin embargo, la vida de Jack Dorsey está muy por lejos de la frivolidad que podría tener el mundo de la moda.

Esto, porque el cofundador de Twitter mantiene una vida austera, pese a que es un millonario, pero se suma a la larga lista de CEO ricos que quieren vivir como pobres, aunque añade algo de lo suyo y más que austera, pareciera ser una vida excéntrica.

Según destacaba El País, la rutina diaria de Dorsey es así: “Se levanta a las seis y cuarto. Practica vipassana (técnica de meditación) una hora. Usa la aplicación Seven para guiarlo con unos cuantos ejercicios muy intensivos (no tiene entrenador personal) y luego se mete en un sauna que alcanza los 50 grados, durante 30 minutos o una hora.”

“De ahí, ya más espartano que estoico, se sumerge en una bañera con agua justo por encima del punto de congelación. Luego, va al trabajo. Caminando. Le lleva una hora y quince minutos, pero dos días a la semana, martes y jueves, hace teletrabajo. En su oficina usa un escritorio alto (lo usa de pie) y una bombilla de luz cercana al infrarrojo. De vuelta a casa, y tras la frugal o inexistente cena, repite sauna y baño helado: 15 minutos de calor extremo y tres de pseudocongelación”, añaden.

Sin duda que es una rutina para la que se requiere voluntad, quizás la misma que utilizó cuando participó en 2008 de un retiro de 10 días en Myanmar para practicar vipassana, una vieja técnica budista que describe en su cuenta de Twitter como “dolorosa en extremo y exigente de un trabajo a la par físico y mental”.

A través de esta misma plataforma mostró imágenes de su habitación señalando que era básica, sin aparatos electrónicos, sin libros, escritura, música, “nada tóxico” a su juicio.

Las críticas llegaron de inmediato, considerando que mientras estaba en la zona no se refirió a la crisis de los rohingyas que emigraban desde ahí hasta Bangladés, donde se instalaron fundando uno de los mayores campos de refugiados del mundo. Pero po lo visto, Dorsey sólo cumplía su objetivo de estar ajeno del mundo.

¿Pecando de inocente?

Esa no ha sido la única vez que han criticado a Dorsey por llevar una vida tan “austera” aunque el dinero no le falta, pues también fue cuestionado cuando vendió su primer tweet en casi 3 millones de dólares, a través de NFT, un un activo digital almacenado en tecnología blockchain, que está asociado a un certificado de autenticidad, mencionó El Mundo.

Dorsey es practicante del ayuno, cuya experiencia considera “un estado extraño en el que estar”. “Pero cuando lo hice las siguientes dos veces, me di cuenta de cuánto de nuestros días se centran en las comidas. Una sensación que mejoró cuando ayuné durante mucho tiempo”, expresó.

Según destacó El Mundo, las críticas fueron de inmediato a él, señalando que estaba normalizando los trastornos alimenticios, pero según él, el ayuno entrega el don de potenciar la productividad, lo que al parecer no le sirvió tanto considerando que fue premiado como el peor CEO de Estados Unidos, por dar prioridad a su vida privada, aficiones e incluso, su segunda empresa, por sobre el gigante Twitter.

Otra ocasión en que su obsesión con no comer le trajo críticas fue cuando señaló a través de su propia red social en 2019 que “los días parecen mucho más largos cuando no los interrumpes con el desayuno, comida y cena. ¿Alguien más ha vivido esta experiencia?”. De inmediato un usuario desde Nigeria le contestó “A eso sabe la pobreza, señor”, una fuerte réplica para una frase que pareció nacer desde la más profunda inocencia.

Según destacó a Wired, sólo tiene siete comidas a la semana y todas son a la hora de la cena.

Otra cosa que llama profundamente la atención es el cambio en su aspecto, del activo joven que podíamos ver en Instagram hasta 2012 (momento en que dejó de publicar porque la red social fue vendida a Facebook y no a él), poco queda.

Mantiene el cabello corto, pero su abultada y larga barba le brinda un aspecto desaliñado que al parecer se ha transformado en una tendencia al interior de las oficinas de Twitter.

Jack Dorsey, el CEO de Twitter que viste muy diferente y vive una vida austera
Marco Bello | AFP

Bitcoin Boy

“Bitcoin unirá a un país profundamente dividido. (Y eventualmente: un mundo)” publicó a través de cuenta de Twitter, una frase que fácilmente se podría interpretar como que la criptomoneda sería la solución a todos los problemas del globo terráqueo.

El empresario es uno de los embajadores de la criptomoneda y así lo ha hecho ver en sus intervenciones, como cuando participó en el panel de ‘The B Word’ donde mencionó: “Mi esperanza es que bitcoin cree la paz mundial o ayude a crearla. Elon (Musk) ya lo dijo. Tenemos todos estos monopolios y el individuo no tiene poder”.

En su intervención, el CEO de Twitter añadió: “Además, el coste y distracción que proviene de nuestro sistema monetario actual es real y quita la atención de problemas más grandes. Algunos como el que Elon está tratando de resolver, alcanzar el ser una humanidad multiplanetaria”, mencionando a Musk, quien hizo caer el costo de la moneda cuando anunció que no la permitiría como pago para Tesla.

Incluso, en su segunda exitosa empresa, Square, abrió una unidad de negocio exclusiva para el bitcoin, vaticinando que en 10 años más esta sería la única moneda que se utilizaría en el mundo.

Así transcurre la vida de Dorsey, el chico que aún despierta y envía de inmediato un mensaje a su madre, que aún vive en su natal San Luis (Misuri, EEUU) y en abril de 2020 decidió donar el 28% de su fortuna para ayudar a combatir al Coronavirus, destacó Vanity Fair.

“Una vez hayamos vencido esta pandemia, el fondo se centrará en la salud y educación de las niñas y los ingresos universales básicos. Funcionará de forma transparente, por lo que todos sus movimientos podrán ser seguidos aquí”, mencionó esperanzado por un mundo mejor.