La cadena de tiendas británica Marks & Spencer anunció el lunes su intención de reducir sus efectivos en 950 puestos, principalmente de directivos y administrativos, por el impacto económico de la pandemia de coronavirus.

El grupo, que ya se enfrentaba a una crisis de la distribución en el Reino Unido a causa de la guerra de precios y a la competencia de Amazon, vio agravadas sus dificultades por la pandemia.

El confinamiento obligó a los comercios no esenciales a quedar cerrados durante tres meses, y las ventas de ropa en línea cayeron, pese a que las compras de alimentos sobre todo en internet se dispararon.

Las ventas al detalle registraron una caída récord de más del 18% en un mes en abril y luego repuntaron un 12% en mayo.

Sin embargo ciertos hábitos de consumo “cambiaron para siempre”, dijo en mayo el director Marks & Spencer, Steve Rowe, en referencia a una caída de la frecuentación de las tiendas físicas.

Entre las grandes cadenas británicas, las farmacias Boots anunciaron hace diez días la intención de suprimir 4.000 puestos de trabajo en Reino Unido y las grandes tiendas John Lewis unos 1.300, a causa del impacto del coronavirus.