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Resumen generado con una herramienta de Inteligencia Artificial desarrollada por BioBioChile y revisado por el autor de este artículo.

El Megapuerto de Chancay cumplió un año consolidándose como el segundo puerto con mayor movimiento de TEU en Perú, detrás del Callao, y busca convertirse en un nodo logístico clave del Pacífico Sur. Con tres líneas navieras y negociaciones para una cuarta, ha movilizado 350.000 TEU y apunta a alcanzar los 500.000 este año. Su ubicación estratégica ha facilitado la exportación e importación de productos como frutas, granos y vehículos eléctricos, generando impacto económico y social en la región. Enfrenta desafíos como el desarrollo urbano y la viabilidad de proyectos futuros como el ferrocarril Chancay-Shanghái.

Un año después de su puesta en marcha, el terminal marítimo transformó los flujos de carga del país y afianzó su impacto territorial con inversiones, más empleo y la expectativa de nuevos acuerdos navieros mientras enfrenta retos urbanos y proyectos de integración regional.

El Megapuerto de Chancay celebró su primer aniversario el pasado 14 de noviembre, consolidando su posición como segundo puerto con mayor movimiento de TEU (contenedores de 20 pies) en el Perú, solo por detrás del Callao, y avanzando en su plan de convertirse en un nodo logístico clave para el comercio exterior del Pacífico Sur.

Ubicado a 80 kilómetros de Lima, el terminal opera con tres líneas navieras principales y, según conoció BioBioChile, mantiene negociaciones para sumar una cuarta compañía, crecimiento que le permitiría ampliar su capacidad operativa y potencial logístico.

A seis meses de haber iniciado operaciones comerciales, la infraestructura portuaria gestionada por Cosco Shipping Ports ha movilizado hasta 350.000 TEU, con una proyección de alcanzar 500.000 hacia fin de año, de acuerdo a cifras proporcionadas por la Autoridad Portuaria Nacional y confirmadas por Paola Fune, gerente de Relaciones Institucionales y Comunicaciones de la empresa.

Esta cifra sitúa al hub entre los de mayor capacidad en la región para naves de gran porte, con un muelle de hasta quinientos metros de longitud.

“Estamos en etapa de negociación. La idea es sumar una nueva línea de tránsito que nos permita ampliar el volumen de exportaciones e importaciones y reducir los tiempos de traslado”, explicó Fune, en referencia a las tratativas casi concluidas con la naviera taiwanesa Evergreen, cuya incorporación representaría una expansión de los enlaces entre Asia, América y otras regiones del mundo.

Por el momento, COSCO, CMA CGM y OOCL operan en el puerto, facilitando la conexión entre Perú y mercados internacionales.

Eje logístico

El establecimiento del Megapuerto de Chancay como eje logístico queda evidenciada en la variedad de productos que transitan por sus instalaciones.

“Frutas, verduras, están saliendo con mucha más facilidad por aquí, porque viajan por menos tiempo, entonces la fruta llega con mejor calidad, más frescos. Se está sacando mucha palta por acá”, detalló Fune a RPP Noticias.

La ejecutiva añadió que el terminal recibe cargas de grano provenientes de países como Argentina, además de cemento y vehículos eléctricos de China, los cuales posteriormente se despachan desde Chancay a otros destinos, como Chile.

También reportan que hubo un impacto del puerto en la economía local, reflejada en la inserción laboral de la población. Según Fune, el 53% de los trabajadores proviene de Chancay y el 20% son mujeres, cifra que evidencia la apertura de oportunidades en una industria tradicionalmente masculina.

“Nos alegra muchísimo poder desarrollar las capacidades de la mujer chancayana, a la interna, o sea, dentro del puerto, pero también impulsamos mucho emprendimiento con la población de Chancay”, manifestó la vocera de Cosco Shipping.

Rutas internacionales

A nivel logístico y comercial, el Megapuerto apunta a fortalecer su función de transbordo y multiplicar las rutas internacionales. Salvador Penagos, asistente legal del terminal, explicó que también se encuentran en conversaciones con Mediterranean Shipping Company (MSC) y otra naviera, con miras a dinamizar la actividad portuaria del norte peruano.

“La vigencia del contrato será lo último que abordemos. Primero estamos pactando los aspectos logísticos: cuánto se moverá y cuánto se proyecta movilizar”, comentó Penagos, quien señaló que la tipología de carga dependerá siempre de la demanda concreta de exportadores e importadores.

La magnitud del proyecto se sostiene en una inversión que supera los mil trescientos millones de dólares solo en su primera fase, tal como precisó Fune en diálogo con RPP.

Este desembolso ha sido fundamental para la automatización y eficiencia del área operativa, lo que redunda en menores costos y plazos de importación y exportación: “Funcionamos de manera automatizada y eso hace mucho más eficiente nuestro trabajo, hace que se acorten los plazos internos”, puntualizó la portavoz de la operadora china.

Expectativas económicas

El puerto se mantiene rodeado de expectativas económicas, pero también enfrenta retos. El crecimiento rápido de la infraestructura necesita el acompañamiento de una adecuada planificación urbana, tema pendiente para la comunidad local.

“El plan de desarrollo urbano es una necesidad urgente. Estamos muy pendientes de su aprobación”, subrayó Fune tras insistir en que el Plan de Desarrollo Urbano (PDU) permitiría coordinar el crecimiento de la ciudad con la expansión del terminal marítimo y canalizar recursos para servicios básicos y nuevas obras.

En paralelo, la designación del área como zona económica especial abre una oportunidad para que empresas extranjeras almacenen mercancías en el entorno inmediato del puerto.

Si bien existe respaldo legal para este tipo de zonas, la reglamentación final aún se espera, precisó Fune, quien argumentó que este marco permitiría ahorrar costos de transporte y almacenaje.

“Si nosotros hacemos la zona económica, las naves podrían traer… Entonces, ellos hacen el estudio de mercado y ven que se consume más, almacenarían aquí y ahorrarían mucho más los costos de transporte y de almacenaje”, afirmó la vocera empresarial.

La actividad portuaria de Chancay, subrayan los medios peruanos, ha generado consecuencias colaterales sobre sectores como la construcción, el alquiler de almacenes y las inmobiliarias, atrayendo inversiones adicionales e impulsando nuevos servicios logísticos en el entorno periurbano. Todo esto, en paralelo a desafíos pendientes, incluidas las obras de infraestructura urbana y la provisión de servicios.

El tren bioceánico

Entre los proyectos a futuro, el trazado ferroviario Chancay-Shanghái ha generado debate en el contexto del primer aniversario del puerto.

Según reportó La República, Cosco Shipping Ports ve viable el proyecto siempre que se cumplan los procedimientos administrativos y se seleccione una empresa adecuada para la ejecución.

“Sí, es muy viable, siempre que el Ministerio de Transportes realice los procedimientos correspondientes, solicite los permisos necesarios y se seleccione a una empresa que pueda ejecutar el proyecto. Mientras eso se concrete, esa es la viabilidad que tiene, y es algo sumamente importante”, sostuvo Fune al diario.

La iniciativa, que contempla una conexión entre Brasil y el puerto peruano y, desde allí, con China, afronta cuestionamientos desde el punto de vista técnico y económico.

Leolino Dourado, investigador del Centro de Estudios sobre China y Asia-Pacífico de la Universidad del Pacífico, advirtió que, mientras los operadores portuarios apoyan cualquier obra que incremente la carga hacia Chancay, “el análisis de costos y logística plantea serias dudas”.

De acuerdo a la investigación citada por La República, los costos del flete terrestre desde zonas productivas de Brasil hasta Chancay podrían superar los de rutas que desembocan en puertos brasileños como Belén o Manaos, tradicionalmente utilizados para esas exportaciones.

La competencia directa con puertos brasileños y el elevado costo de un tren bioceánico —que podría requerir una inversión de hasta 100.000 millones de dólares y el cruce por territorios protegidos y comunidades indígenas— suma incertidumbres a esta propuesta internacional.

El propio Dourado sugirió como opción alternativa el ferrocarril Chancay-Pucallpa, que conectaría la Amazonía peruana con el litoral, aunque admitió que esa ruta también enfrenta desafíos de ingeniería y ambientales.

Mientras tanto, la prioridad parece ser la consolidación del desarrollo urbano en Chancay. Desde el año pasado sigue pendiente la aprobación del PDU para la próxima década, instrumento considerado urgente dado que las municipalidades de Huaral y Chancay carecen de presupuesto suficiente para cubrir las nuevas demandas originadas por el crecimiento portuario.

“No hay presupuesto. El alcalde hace lo mejor que puede, pero desde el Ministerio de Economía, o desde el Ministerio de Transportes, o desde el Ministerio de Vivienda, desde el ministerio que corresponde, no se asignan los recursos porque, me imagino, no hay recursos”, reconoció Fune en diálogo con La República.

Ante esa limitación, la compañía portuaria ha financiado estudios técnicos con miras a infraestructura pública clave, como el nuevo mercado de Chancay y un Instituto de Educación Superior Tecnológico, ambos desarrollados mediante el mecanismo de Obras por Impuestos (OXI), que incentiva la inversión privada en obras sociales y urbanas.

Además, ha impulsado la creación de nuevas vías de acceso y veredas para asistir tanto al movimiento logístico como a la vida cotidiana en torno al puerto.

La integración entre el desarrollo logístico del Megapuerto de Chancay, la ampliación de servicios conexos y los proyectos complementarios como corredores ferroviarios internacionales, marcarán los siguientes desafíos para este nodo portuario, en un contexto donde el crecimiento económico avanza a la par de demandas urbanas y técnicas.