DiDi se ha visto en el ojo del huracán de la campaña reguladora que Pekín emprendió en sectores como el tecnológico.
China estaría preparándose para lanzar una aplicación de transporte compartido de titularidad estatal, informó el diario económico Securities Times apenas días después de que las autoridades levantasen el veto al registro de nuevos usuarios en DiDi, el “Uber chino”, tras año y medio.
La plataforma ya habría superado las pruebas internas y estaría en una “cuenta atrás” hasta su lanzamiento, tras el cual buscaría integrar hasta un 90% de la capacidad del mercado de transporte, combinando servicios de taxi con otros como mudanzas, entrega de agua a domicilio o envíos de paquetería.
Esta ‘app’ habría sido desarrollada por el mismo equipo a cargo del lanzamiento, a principios de 2019, de ‘Xuexi Qiangguo’ -en español, “estudio de un país fuerte”-, una plataforma dedicada a la promoción del pensamiento político del secretario general del Partido Comunista de China (PCCh) y presidente del país, Xi Jinping.
De hecho, la nueva plataforma ha sido llamada ‘Qiangguo Jiaotong’, que podría traducirse por “transporte para un país fuerte”, empleando el mismo término que en la citada ‘app’ propagandística.
La noticia fue publicada originalmente el miércoles en el portal del rotativo estatal Beijing Daily e incluía una captura de la interfaz de la ‘app’ que mostraba el emblema del Ministerio de Transportes en su cabecera, pero hoy ya era imposible acceder a ella si no es a través de una copia almacenada en caché.
Aunque la información no explicaba por qué el Gobierno había decidido desarrollar esta plataforma, sí mencionaba “la expansión desordenada y los problemas de seguridad de datos que existieron durante un tiempo en el sector”, en referencia a los motivos que arguyeron las autoridades para abrir una investigación contra Didi a mediados de 2021.
Desde entonces, DiDi se ha visto en el ojo del huracán de la campaña reguladora que Pekín emprendió en sectores como el tecnológico, especialmente después de su salida a bolsa en Nueva York, llevada a cabo en junio de ese año tras aparentemente desoír la oposición a la operación por parte del Gobierno chino.
La empresa, que controla cerca del 90% del mercado de ‘apps’ de transporte compartido en China tras comprar en 2016 los negocios en el país de su rival Uber, dejó de cotizar en la Bolsa de Nueva York el año pasado y tiene planes para salir a bolsa en Hong Kong próximamente.