Con la Reforma Tributaria el Gobierno buscará financiar otros proyectos estructurales. Gremios y expertos destacaron alcances para las Pymes, a la vez que manifestaron su preocupación por la afectación que tendrá en la clase media.

El pasado viernes el Gobierno despejó dudas y presentó la Reforma Tributaria, con la cual buscará una reestructuración del impuesto a la renta, elevando el aporte de las personas de mayores recursos; menos exenciones tributarias, nuevo royalty minero e impuestos correctivos que apuntan a promover la preservación del medio ambiente.

Tanto el ministro de Hacienda, Mario Marcel; y el presidente Gabriel Boric, remarcaron que el proyecto tiene varios objetivos, entre ellos, financiar gastos permanentes y otros proyectos estructurales.

El Mandatario afirmó que esta reforma “es por una mayor equidad y cohesión social, y no es es contra de nadie. Es para una mejor distribución de la riqueza que entre todos generamos y nos va a permitir financiar derechos sociales”.

Reacciones

Claudio Bustos, abogado tributarista y socio de Bustos Tax & Legal, opinó que la Reforma Tributaria es “agresiva” desde el punto de vista fiscal.

A su juicio, el incremento en la tributación del impuesto global complementario para las personas naturales “es absolutamente desmedido”.

“Creo que es inviable para un país como el nuestro, el cual aspira a ser desarrollado en algún momento de su historia. Personas que, hasta ahora, pagaban un impuesto de 35%, van a quedar afectos a una tasa marginal de un 43%, lo cual creo es impresentable”, afirmó Bustos.

En una minuta difundida por el Gobierno, se señaló que los ingresos del trabajo mantendrán su estructura progresiva, con tasas crecientes a medida que aumenta el ingreso.

“Para avanzar en justicia tributaria, aumentarán las tasas marginales de las personas que obtienen ingresos mensuales de más de 4 millones de pesos”, precisó el Ejecutivo.

Al respecto, el abogado Bustos señaló que personas con dicha renta en Chile ($4 millones) pertenecen “todavía a parte de la clase media”, por lo que el alza de tributación estaría afectando directamente a ese segmento social.

La Reforma Tributaria también plantea que todos los ingresos generados por arriendos de inmuebles queden gravados con impuestos, eliminando la exención otorgada a los DFL2 (viviendas calificadas como “más económicas”).

Para Bustos eso sería otro factor con afectación a los sectores medios.

“Muchas personas de clase media han invertido todo o gran parte de sus ahorros en la adquisición de viviendas de este tipo, para destinarlas al arriendo. De hecho, es probable que ello implique que habrá un aumento en el valor de las rentas de arrendamiento de inmuebles DFL2, lo cual afectará a los arrendatarios. No se trata, por lo tanto, de modificaciones que apunten sólo al sector más rico de la población”, sentenció.

CCS valora sentido de gradualidad, pero plantea preocupación

La Cámara de Comercio de Santiago (CCS) se pronunció mediante un comunicado sobre el anuncio de Reforma Tributaria, valorando el sentido de gradualidad y otras medidas, pero puntualizó en preocupaciones.

“Valoramos como un factor positivo que se haya hecho un esfuerzo por maximizar el porcentaje de personas que no verán incrementada su carga tributaria. También nos parece positiva la mantención de un régimen tributario integrado para las Pymes, que permite utilizar la tasa del 25% como crédito contra los impuestos personales de sus socios”, dijo el gremio.

En la misma línea, la CCS destacó los nuevos incentivos tributarios a la formalización de empresas y a las inversiones en productividad y la inclusión de las Pymes en el beneficio por I+D.

En contraparte, les preocupó “la desintegración del régimen tributario para el resto de las empresas, a través del nuevo sistema dual”.

El gremio argumentó que eso “representaría un aumento en la carga tributaria en el segmento de personas naturales de una magnitud significativa y difícil de absorber. Esto queda de manifiesto en los objetivos de recaudación, donde se calcula que los impuestos personales a la renta pasarán de 2% del PIB a 3,4%, es decir, en términos absolutos estos tributos prácticamente se duplicarán producto de la reforma”.

Finalmente, la CCS insistió en la necesidad de dar pasos “más agresivos” en materia de simplificación tributaria, “dejando atrás episodios recientes en que los niveles de complejidad se transformaron en una amenaza para la eficiencia y cumplimiento tributario”.

Para el abogado Claudio Bustos, la reforma en su conjunto “adolece de un error de diagnóstico de la realidad tributaria chilena” y, por lo tanto, sería “difícil” de implementar en su totalidad.

De acuerdo a su opinión, el impuesto a la riqueza “será tremendamente complejo” de implementar y fiscalizar, razón por la cual “muy probablemente no recaudará lo que se espera”.