El precio de la energía, que se prevé que aumente más de un 80% en 2021, comenzará a descender en la segunda mitad de 2022 a medida que se resuelvan los problemas de suministro, dijo el jueves el Banco Mundial.

La institución, que publica su informe Perspectivas del Mercado de Productos Básicos, señala que los precios de otros productos, incluidos los de la agricultura y los metales, caerán en 2022, tras las fuertes subidas de este año.

El aumento del precio de la energía este año, que se suma a las presiones inflacionarias mundiales vinculadas a la salida de la recesión provocada por la pandemia en 2020, va a “desplazar” el crecimiento económico de los países importadores de energía hacia los exportadores, comentó el Banco Mundial en un comunicado.

Se espera que los precios del crudo (en promedio Brent, WTI y Dubai) se sitúen a una media de 70 dólares el barril en 2021, un aumento de 70% respecto al año pasado.

Volverán a subir a “74 dólares el barril en 2022, a medida que la demanda de petróleo se fortalezca hasta los niveles anteriores a la pandemia”, antes de volver a caer a 65 dólares en 2023, añadió la institución.

“El aumento de los precios de la energía plantea riesgos significativos a corto plazo para la inflación mundial y, si se mantiene, también podría pesar sobre el crecimiento de los países importadores de energía”, dijo Ayhan Kose, economista jefe del Banco Mundial, que elabora el informe.

“El repunte de los precios de las materias primas está siendo más pronunciado de lo esperado” y “la reciente volatilidad de los precios puede complicar las decisiones políticas mientras los países se recuperan de la recesión mundial del año pasado”, añadió el banco.