En un informe entregado por el Banco Central, se pudo conocer que el segundo trimestre de 2016, el Producto Interno Bruto (PIB) marcó un leve aumento de 1,5% con respecto al mismo periodo del año pasado, acumulando una variación de 1,9% en el semestre.

Para el ente rector financiero, en términos desestacionalizados, la producción nacional registró una caída trimestral de 0,4%, en relación al trimestre previo, mientras que en el semestre anotó un avance acumulado de 1,9%.

El mismo informe detalla que, desde la perspectiva del origen, el principal impulso provino de la actividad servicios personales, seguida de comercio; en tanto, el mayor efecto negativo se registró en minería y, en menor medida, en industria.

También se explicó que el aumento anual de la demanda interna corresponde a un mayor consumo, tanto de hogares como de gobierno, que compensó la contracción de la inversión. Esta última cayó reflejando una desacumulación de existencias, efecto que fue aminorado por la mayor formación bruta de capital fijo (FBCF).

PIB por actividad

La actividad agropecuario-silvícola registró una variación de 0,2%, tras crecer 4,4% el trimestre anterior. En tanto, en términos desestacionalizados, cayó con respecto al período previo.

Tras dos trimestres de bajas consecutivas, el sector pesca creció 3,9% en doce meses. En línea con lo anterior, el sector se expandió por el incremento de la pesca extractiva, el cual obedece a la mayor recolección de moluscos y crustáceos y, en menor medida, a una mayor captura de peces. En tanto, la acuicultura no presentó variación.

El sector minero disminuyó 5,5%, tras hacerlo en 1,9% el trimestre anterior. El resultado se explica, principalmente, por la contracción de 6,0% de la minería del cobre. Aunque en menor magnitud, el resto de la minería también incidió negativamente, registrando una disminución de 1,5%.

La industria manufacturera disminuyó 1,0%, tras caer 0,5% el trimestre anterior. El débil desempeño de la industria se debe, principalmente, a la disminución de la rama bebidas y tabaco y la industria alimenticia. En el primer caso el resultado se explica por la menor elaboración de bebidas no alcohólicas y de vino, y en el segundo, por la caída de la industria pesquera.

El sector EGA aumentó 5,1%, tras hacerlo en 8,9% el trimestre anterior. El resultado fue determinado por el desempeño del sector eléctrico. En tanto, aún cuando la actividad gas aumentó, su contribución fue poco significativa, mientras que la actividad agua se contrajo levemente.

El sector construcción cayó 0,1%, tras anotar un alza de 1,1% el trimestre anterior.

El sector comercio aumentó 5,0%, luego de crecer 4,1% el trimestre anterior.
Consistentemente, respecto del último período, se registró un aumento en
términos desestacionalizados.

Tras crecer 4,3% el primer trimestre, la actividad transporte tuvo un incremento de 4,8% el segundo trimestre. El resultado fue liderado por el dinamismo del transporte aéreo de pasajeros. En términos de contribución, también destacaron los servicios portuarios, de carreteras y agencias de viaje. En contraste, se contrajeron los servicios de transporte marítimo y ferroviario, siendo el primero el de mayor incidencia negativa.

El sector comunicaciones cayó 0,6%, tras aumentar 1,1% el trimestre anterior. El desempeño se explica por la caída marginal que registró la telefonía móvil, la cual se asocia a la estabilización de las ventas de las principales empresas del sector.

La actividad servicios empresariales anotó un alza de 0,9%, tras aumentar 1,7% en el primer trimestre; respecto de este último, en términos desestacionalizados no registró variación. En tanto, la actividad servicios personales creció 6,0%, luego de anotar un alza de 4,7% en el trimestre anterior.

De esta manera, el ingreso nacional bruto disponible real se corrigió de 0,8% a 1,3%, como consecuencia del alza del PIB y menores rentas pagadas al resto al exterior.