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Resumen generado con una herramienta de Inteligencia Artificial desarrollada por BioBioChile y revisado por el autor de este artículo.

Los ositos de agua han sido sometidos a un nuevo desafío: tatuajes. A través de la litografía por haz de electrones, los científicos lograron grabar patrones a escala nanométrica en estos seres casi indestructibles. Esta técnica, que indujo a los tardígrados a su estado criptobiótico para sobrevivir al proceso, abre puertas a la nanotecnología en medicina.

Los ositos de agua (tardígrados) son la especie más resistente del planeta, su naturaleza casi indestructible les permite sobrevivir a la adversidad, incluso en ambientes extremos. Pueden soportar radiación, congelamiento y altas temperaturas, pero ahora los científicos les pudieron un nuevo reto: los tatuajes.

Pero no fue con fines estéticos, de hecho, este experimento tuvo un propósito que podría cambiar el futuro de la medicina de la mano de la nanotecnología, ya que métodos como estos ayudarán a desarrollar dispositivos biocompatibles, como sensores o robots a escalas nanométricas, que puedan introducirse en los organismos con fines médicos.

“Con esta tecnología, no solo creamos microtatuajes en tardígrados: estamos extendiendo esta capacidad a diversos organismos vivos, incluidas las bacterias“, explicó en un comunicado de la American Chemical Society, el ingeniero óptico Ding Zhao, de la Universidad Técnica de Dinamarca, que participó del estudio.

Resulta que, poder grabar patrones en objetos microscópicos es un paso importante para el avance de la nanotecnología, pero hasta ahora sigue siendo un desafío, por lo que están probando distintas formas.

Para los tardígrados usaron una técnica llamada litografía por haz de electrones, que consiste en dispararles un haz de electrones para grabarles un patrón a escala nanométrica.

¿Los ositos de agua resistieron los tatuajes?

Para emplear esta técnica, los científicos tuvieron que recurrir a la célebre habilidad que tienen los tardígrados para sobrevivir, su estado “criptobiótico”, cuando estos organismos se deshidratan hasta estar casi muertos y luego regresan a su estado habitual.

La litografía por haz de electrones puede causar daños o contaminación, así que los investigadores indujeron a los ositos de agua para que adoptaran su estado criptobiótico antes de marcarlos.

Para no exponerlos de más, tuvieron que marcar a uno por uno. Los pusieron en una especie de cámara al vacío y los enfriaron a -143 grados Celsius. Una vez fríos, los cubrieron con una capa de anisol, un compuesto líquido que sirvió como hielo para protegerlos del haz de electrones.


*Un tardígrado marcado con litografía por haz de electrones | Revista Nano Letters

¿El resultado? Solo el 40% de los tardígrados sobrevivieron al procedimiento, pero los investigadores creen que es una buena señal para mejorar el método.

Si bien la mayoría de los ositos de agua no resistieron, los que sí revivieron de la criptobiosis no cambiaron su comportamiento y continuaron su vida con los tatuajes como si nada.

Esto último significa que la técnica podría ya ser adecuada para imprimir microelectrónica o sensores en tejido vivo. “Este estudio demuestra con éxito la fabricación in situ de micro/nanopatrones en organismos vivos utilizando litografía de hielo”, dice el paper, que se publicó en la revista Nano Letters.

“Prevemos que la integración de más técnicas de micro/nanofabricación con sistemas biológicamente relevantes a escala micro/nano impulsará aún más campos como la detección microbiana, los dispositivos biomiméticos y los microrobots vivos“, concluyen.

Recordemos que, esta área de la nanotecnología ya está siendo probada en los laboratorios. De hecho, ya se han desarrollado nanorobots biocompatibles que entran al torrente sanguíneo y detienen hemorragias o que se introducen al organismo para administrar medicamentos, pero todo está en etapa temprana de investigación.

Referencia:

Yang, Zhirong y otros autores. Patterning on Living Tardigrades. Revista Nano Letters, de la American Chemical Society (ACS), 2025.