La NASA logró restablecer las comunicaciones con la sonda espacial Voyager 2 luego de perderlas por una maniobra fallida.

Hace algunos días, la NASA informaba que la sonda espacial Voyager 2 había perdido sus comunicaciones con la Tierra, luego de una falla en una maniobra que la hizo alejar su antena de la dirección hacia el planeta, perdiendo el enlace.

Inicialmente, la Voyager no estaba respondiendo a los comandos enviados desde la Tierra, no recibía la información y tampoco podía enviar datos por su cuenta.

Para entonces, la agencia espacial había puesto su fe en el sistema de la sonda espacial que le permite restablecer la conexión en casos como estos, mejorando la dirección de su antena algunas veces por año en caso de que se mueva y deje de apuntar a su planeta de origen.

Así, pronosticaban que las comunicaciones podrían reanudarse para el próximo 15 de octubre, cuando la Voyager volvería a apuntar al planeta. Sin embargo, encontraron una forma para acelerar el proceso.

La NASA recuperó el contacto con la Voyager 2

A través de la Red de Espacio Profundo (DSN), la NASA envió una señal hacia la Voyager 2, que recordemos se encuentra a 19.000 millones de kilómetros.

Este “grito interestelar”, como lo calificó la agencia espacial, instruía a la nave para que reorientara su antena y volviera a apuntar a la Tierra. La señal tardó 18,5 horas en llegar a la Voyager, pero los científicos no obtuvieron noticias hasta 37 horas después.

Posteriormente, “a las 12:29 am EDT del 4 de agosto, la nave espacial comenzó a enviar datos científicos y de telemetría“, actualizó la NASA en un comunicado.

Esto significa que la sonda espacial ya está operando con normalidad, además, pudieron confirmar que continúa en su trayectoria esperada.

Cabe recordar que las sondas Voyager 1 y 2 fueron lanzadas al espacio en 1977 con el objetivo de estudiar Júpiter, Saturno y otros planetas del espacio profundo a medida que se aleja. Adicionalmente, se les añadió un disco de oro que contiene un mensaje de la Tierra para hacer contacto con otras civilizaciones.

Además, ambas naves envían información constantemente sobre lo que van observando en sus caminos. Voyager 1 y 2 tienen combustible para operar hasta el 2025 aproximadamente y cuando se acabe ya no podrán comunicarse con la Tierra, pero continuarán viajando hasta que algo -o alguien- las detenga.