La agencia espacial europea (ESA) firmó este martes 1° de diciembre un convenio con la empresa suiza ClearSpace para enviar al espacio un dispositivo gigante para recolectar desechos.

La nave tendrá garras del tamaño de un satélite y podrá interceptar por ejemplo un fragmento de más de 100 kg llamado Vespa, que se desprendió del antiguo cohete europeo Vega tras su lanzamiento en 2013.

El dispositivo de recuperación de unos 86 millones de euros, que despegará en 2025, será la primera misión de limpieza del planeta. Se espera que las misiones siguientes sean capaces de capturar piezas de escombros más difíciles.

La ESA dijo que proporcionaría “conocimientos técnicos clave” y financiación para la misión, mientras que ClearSpace cubriría al resto de los costes a través de inversores comerciales.

Residuos peligrosos

Vespa, que ha estado girando en órbita a una altitud de 660 a 800 kilómetros, es una de las 20.000 piezas monitoreadas de basura espacial que pone en riesgo de colisión a los satélites en funcionamiento -incluyendo la Estación Espacial Internacional.

Al dar la vuelta al planeta a velocidades superiores a los 28.000 kilómetros por hora, incluso los pequeños trozos de basura ejercen una enorme fuerza destructiva. Con unos 100 lanzamientos al año, la cuestión de los desechos espaciales se vuelve cada vez más urgente.

“Es evidente la necesidad de un ‘remolque’ para retirar los satélites fallidos de esta región de mucho tráfico”, dijo el CEO de ClearSpace Luc Piguet, citado por el sitio web de la ESA.

Después de su encuentro galáctico, el plan es que tanto la Vespa como la garra de ClearSpace-1 se quemen cuando vuelvan a entrar en la atmósfera terrestre.