El Very Large Telescope (VLT) de ESO (Observatorio Europeo del Sur) captó una detallada y “espeluznante” imagen de un remanente etéreo de una estrella muerta hace mucho tiempo, enclavado en el vientre de La Ballena. Lo llamativo es que tiene un parecido con un cráneo flotando a través del espacio.

En esta nueva imagen, la espeluznante nebulosa Calavera se muestra en enérgicos colores sanguinos. Esta nebulosa planetaria es la primera conocida que se asocia con un par de estrellas estrechamente unidas orbitadas por una tercera estrella externa.

“También conocida como NGC 246, la nebulosa Calavera se encuentra a unos 1600 años luz de la Tierra, en la constelación meridional de Cetus (la ballena). Se formó cuando una estrella similar al Sol, en su vejez, expulsó sus capas externas dejando atrás su núcleo desnudo, una enana blanca, una de las dos estrellas que se pueden ver en pleno centro de NGC 246″, señaló ESO a través de un comunicado.

Si bien esta nebulosa se conoce desde hace siglos, fue en 2014 cuando se descubrió que la enana blanca y su compañera ocultaban una tercera estrella situada en el corazón de la nebulosa Calavera.

Nueva imagen, obtenida por el VLT de ESO, de la nebulosa Calavera

Cabe señalar que esta estrella, que no es visible en esta imagen, corresponde a una tenue enana roja que se encuentra cerca de la enana blanca, a unas 500 veces la distancia entre la Tierra y el Sol.

“La estrella enana roja y la enana blanca se orbitan mutuamente, y la estrella exterior orbita alrededor de las dos enanas a una distancia de unas 1900 veces la separación Tierra-Sol. Colectivamente, estas tres estrellas hacen de NGC 246 la primera nebulosa planetaria conocida con un sistema estelar jerárquico triple en su centro”, precisaron desde ESO.

Obtenida con el instrumento FORS 2, instalado en el VLT de ESO, en el desierto chileno de Atacama, esta nueva imagen de la nebulosa Calavera capta intencionadamente la luz emitida en algunos rangos estrechos de longitudes de onda, las asociadas con el hidrógeno y el gas de oxígeno.

El cielo alrededor de la nebulosa Calavera | ESO

Las observaciones de la luz emitida por determinados elementos ayudan a revelar una gran cantidad de información sobre la composición química y la estructura de un objeto. Esta nueva imagen de la nebulosa Calavera destaca qué zonas de NGC 246 son ricas o pobres en hidrógeno (mostrado en rojo) y oxígeno (representado en azul claro).

Esta imagen fue seleccionada como parte del programa Joyas cósmicas de ESO, una iniciativa de divulgación que produce imágenes de objetos interesantes, enigmáticos o visualmente atractivos utilizando telescopios de ESO, con un fin educativo y divulgativo. El programa hace uso de tiempo de telescopio que no puede utilizarse para observaciones científicas. Todos los datos recopilados también están disponibles para su uso científico y los astrónomos pueden acceder a ellos a través de los archivos científicos de ESO.