Trunks, Terminator y Marty McFly son sólo algunos de los personajes de ciencia ficción que tienen algo en común: todos ellos viajaron en el tiempo (en sus respectivas series).

Sin embargo, en la vida real hay una persona que puede presumir de haber hecho lo mismo que el hijo de Vegeta, el robot creado por Skynet y el mejor amigo del doctor Emmett Brown.

Y aunque a honor a la verdad Sergei Krikalev no viajó espectacularmente por largos periodos de tiempo, la historia del cosmonauta ruso de igual manera resulta llamativa.

Tal como recoge el sitio Gizmodo, Krikalev ha pasado un tiempo total de 803 días, nueve horas y 39 minutos en el espacio, viajando en el tiempo (en su propio futuro) nada menos que 0.02 segundos.

Para entender cómo ocurrió esto, una buena idea es tomar como ejemplo lo que ocurre con los satélites del Sistema de Posicionamiento Global. Y es que si no fuera por las calibraciones incorporadas, los relojes atómicos GPS “ganarían” 38 microsegundos diariamente en relación a los relojes terrestres, lo que disminuiría su precisión de ubicación.

De hecho, los relojes en la Tierra funcionan levemente más lentos que los satélites espaciales.

Específicamente, esto ocurre debido a la dilatación del tiempo. De acuerdo a la teoría de la relatividad de Albert Einstein, se trata de la diferencia en el tiempo transcurrido medido por dos observadores, ya sea debido a una diferencia de velocidad relativa entre sí, o por estar situado de manera diferente en relación con un campo gravitacional.

Dicho de otra forma, mientras más rápido se mueve un objeto en relación a otro, más lento es el tiempo, y en el caso de los satélites GPS que se acercan a la Tierra, dicho efecto corta siete microsegundos cada día de sus relojes, si los comparamos con los relojes en el planeta.

Pero eso no es todo, ya que la gravedad también hace lo suyo. Los relojes más cercanos al centro de una masa gravitacional, como por ejemplo la Tierra, marcan de manera más lenta que aquellos que están más lejos. Y como los satélites GPS orbitan a 20.100 km sobre el suelo, tienen 45 microsegundos adheridos a sus relojes cada día.

Estos fenómenos descritos dan como resultado 38 microsegundos, misma cifra que los investigadores han tenido en cuenta con la tecnología GPS.

 Archivo | Sergei Krikalev
Archivo | Sergei Krikalev

Si consideramos que los astronautas están un tanto más alejados del centro de nuestro planeta que nosotros, podemos señalar que experimentan menos dilatación del tiempo gravitacional. Por lo tanto, el tiempo de los cosmonautas correría levemente más rápido.

No obstante, la dilatación del tiempo hace que los relojes de los astronautas en el espacio sean un tanto más lentos en comparación a quienes estamos en la Tierra, por lo que al volver a la superficie terrestre, tendrán que “ir al futuro” para ponerse al día con sus relojes.

Según explicó hace unos años el físico Colin Stuart en una charla TED, la dilatación temporal debido a la gravedad “es bastante pequeña porque la gravedad de la Tierra es bastante débil”, aunque de igual manera es suficiente como para que los astronautas experimenten un infinitesimal viaje al futuro.