Esta semana, la NASA (Agencia espacial estadounidense) difundió un impresionante mapa con más de 4.000 exoplanetas descubiertos en las afueras del sistema solar, lo que constituye un gran avance en el contexto de la búsqueda de cuerpos similares a la Tierra.

De acuerdo a lo expuesto por el canal de noticias CNET, el primer descubrimiento de este tipo de “planetas externos” fue en 1992. Desde ese momento se han sido sumando hallazgos gracias a la observación con telescopios avanzados como Kepler.

El exoplaneta número 4.000 fue encontrado por la agencia en junio pasado, lo que permitió configurar un mapa completo con todos los hallazgos realizados en un lapso de 27 años.

Si bien Kepler fue dado de baja en 2018, en pocos años entrarán en funcionamientos telescopios como el Satélite de Exoplanetas Caracterizante Europeo (CHEOPS) y el Telescopio Espacial James Webb de la NASA, ambos en 2021.

En el detalle de CNET, los descubrimientos de planetas externos podrían abrir el camino de la exploración de nuevos mundos, con el fin de encontrar alguno que pueda albergar vida como la Tierra.

Importancia de los exoplanetas para la humanidad

Javiera Rey, astrónoma del Observatorio Las Campanas (Atacama) explicó a BioBioChile que los descubrimientos de los exoplanetas son claves, debido a que se pueden marcar semejanzas y diferencias claves con la Tierra.

“Son sistemas solares vecinos al nuestro, la importancia de esto es que permite darnos cuenta que existen planetas muy distintos al nuestro. Hay planetas como las ‘súper Tierras’ que no hay acá o los ‘Júpiter Calientes’ que tampoco hay. Eso nos abrió la visión de otros tipos de planetas y ayudó a corregir las teorías que teníamos sobre formación de planetas”, señaló.

En este sentido, Javiera sostiene que de los 4.000 cuerpos encontrados en 20 años existen muchos que podrían ser similares a nuestro planeta, aunque las mediciones actuales sólo se han realizado en astros de gran tamaño (muy superiores a la Tierra).

“Hay varios que son candidatos a ser hermanos de la Tierra, pero hay características que son súper cruciales y difíciles de analizar desde acá. Por ejemplo está el tema de la atmósfera, muchas de las conclusiones que sacamos, como el agua existente, son en base a suposiciones. Eso es muy sensible a cómo sea la atmósfera del planeta, pero hay varios que podrían ser parecidos a la Tierra”, explicó.

Asimismo, la astrónoma detalló que el próximo desafío es determinar con mayor precisión si las características de algunos exoplanetas pueden hacerlos, de forma hipotética, ser habitables en el futuro.

“En estos casos son básicamente el tamaño similar a nuestro planeta, la masa y con eso se deduce que la densidad es parecida a la de acá y que es un planeta hecho de roca. Según la distancia que tengan con su estrella, uno puede deducir la temperatura que tiene su superficie. En base a eso uno puede decir que, si existe agua, ésta pueda estar en estado líquido”, sostuvo.

“Hasta ahora, los estudios de atmósfera que se han hecho son con los planetas más grandes, nunca con los chicos. Entonces es difícil saber si tienen agua”, agregó.

Junto con eso, Rey detalló que los esfuerzos a futuro estarían orientados en medir características de planetas que tengan tamaños similares al nuestro.

“La idea es llegar a hacer mediciones sobre si estos pueden ser habitables o no. La idea es ir perfeccionando las técnicas para medir planetas chicos y ver elementos que pueden ser aptos para la vida. Lo otro que hay que analizar si existen son los biomarcadores, elementos que te dicen que podría haber vida en un planeta (agua, ozono, metano en el caso de la Tierra). El ideal a futuro es medir ese tipo de cosas”, concluyó.