Es habitual que las obras con autor conocido experimenten cambios en su texto original durante el proceso de puesta en escena, más aún si predomina el punto de vista creativo del director.No es el caso de “Lluvia constante”, del guionista y dramaturgo estadounidense Keith Huff, propuesta que llegó por encargo a manos del productivo y destacado director Jesús Urqueta con la obligación de no alterar el relato ni hacer versiones del original, menos chilenizarlo en su lenguaje.

En este caso, la limitación tiene mucho valor, porque este título tiene todos los ingredientes de las buenas obras teatrales de EE.UU, representativas de una seductora técnica en la escritura y, sobre todo, porque desde la ficción contiene e, incluso, aalude a la estructura profunda de la violenta sociedad estadounidense y de sus ciudadanos.

Además, tanto el tema, el argumento y los conflictos de sus personajes, quitando lo que hay que quitar, tienen una proyección universal, más aún si los protagonistas son policías, quienes junto con las FFAA, integran estructuras que tienen el monopolio de las armas y que están sujetas al poder civil y al respeto irrestricto de las leyes.

Algunas referencias en Lluvia Constante

“Lluvia constante” tiene resonancias para la vida cotidiana de nuestro país porque involucra la posibilidad de ejercer la soberbia armada y mostrar cómo la corrupción puede permear a las policías en perjuicio de la seguridad de todos, incluso en países que, se supone, no son estados fallidos.

En todo caso, al dar cuenta de esta tragedia contemporánea según el original, la puesta en escena aporta un valioso punto de vista propio, a través de los recursos técnico-artísticos que utiliza en su universo sonoro, escenografía, iluminación y vestuario y, por supuesto, en la línea de actuación cuyos matices y kinética denotan un perfil claramente chileno.

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Lluvia Constante

“A steady rain” es el título original de la obra del también responsable de la serie “House of Cards” y “Mad Men”, destacado y premiado guionista estadounidense: fue producida en 2006 en el New York Stage and Film’s Powerhouse Theater y estrenada en Chicago en 2007.

En 2010 tuvo su más exitosa versión en Broadway, en el Schoenfeld Theatre, protagonizada por Hugh Jackman y Daniel Craig. También ha tenido versiones en el Reino Unido, España y Argentina.

En tanto, el chileno Jesús Urqueta, que ha encabezado numerosos y variados trabajos escénicos, dirigió “El mar en la muralla”, de Luis Alberto Heiremans, montaje que recibió el premio como Mejor Obra 2022 del Círculo de Críticos de Arte.

Realidades y ficciones de Lluvia Constante

La lluvia no deja de caer en la ciudad. Los policías Denny y Joey son amigos de la infancia y su ambiente laboral diario son los bajos fondos de Chicago.

Hombre de familia y con el concepto del honor grabado en el alma y en la frente, el primero; un soltero alcohólico e inhibido el segundo: ambos soñaron convertirse alguna vez en los legendarios Starsky y Hutch de la TV.

Luego de cometer un grave error profesional en una misión policíaca, el mundo personal y grupal en que ambos viven corre peligro de desarmarse y los pone frente a desafíos que nunca se imaginaron y que no saben muy bien cómo enfrentar.

Mientras tanto, la lluvia seguirá cayendo incansable sobre la ciudad y sus vidas.

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Lluvia Constante

Sistema de relaciones

Previamente, el espectador puede haber sentido curiosidad respecto de por qué el dramaturgo se inspiró en los crímenes de un asesino serial y delincuente sexual de EE.UU -Jeffrey Dahmer- que entre 1978 y 1991 mató y desmembró, sin hacer distinción de raza, a 17 personas jóvenes y atractivas corporalmente.

Muy luego se advierte que este caso horroroso lo utiliza el autor para dar contexto al agresivo y cotidiano sistema de relaciones existente entre esto dos amigos-policías y que la obra se aleja por completo del caso policial, excepto de los alcances del contexto de violencia extrema que hubo y del deseo intenso de querer entender qué mueve a tanta brutalidad.

Recoge esta producción el talento estadounidense en crear relatos con diálogos vertiginosos que giran alrededor de situaciones y relaciones cotidianas, incluso triviales.

Son conversaciones sueltas sobre el entorno, aparentemente inofensivas, desarrolladas como al pasar, sin estrategias claras que en los hechos crean una preponderancia de uno sobre el otro.

Pero como son muy cercanos, algo que se enfatiza a menudo, la obra valora las emociones personales reales y fuertes en hombres que en el ejercicio policíaco incluso experimentan la posibilidad de la muerte.

Violencia

Así, tomando una cerveza, hablando de la familia, incentivando al más joven a que se case y disfrute de la vida en un hogar por el cual luchar, el espectador va advirtiendo el dibujo de la profunda violencia larvada y latente al interior de la sociedad estadounidense, incluso mucho más peligrosa y ominosa que la violencia real presente y ejercida en todos los niveles.

Con pausas y aceleraciones de los cuerpos y las palabras, con tono melodramático o furioso y discursos de todo tipo, el relato filtra pistas sobre aquello que oculta aspectos de la naturaleza humana, síntomas que los protagonistas no perciben, menos su peligrosidad siempre a punto de desbordarse.

Al mismo tiempo, la sencillez del diálogo desnuda modos de pensar y de sentir muy definidos y violentos, fuerzas motrices que no se manifiestan abiertamente, debido a los controles sociales y sentido de oportunidad.

Línea crítica

Estas tensiones pre existentes y globales presionarán desde el inicio de la obra a ambos protagonistas, amigos-policías, en la medida que responden a un entorno dentro del cual están inmerso sin cuestionarlo.

A su vez, a través de ellos, el autor desarrolla con sentido crítico una línea argumental en boca de los protagonistas que defiende a todo evento el accionar policíaco, incluso si proceden al margen de la ley, sólo porque el policía evalúa tener la razón.

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Lluvia Constante

Y, por supuesto, ellos enfrentan todo aquello que impida o cuestione la conducta policial si están en peligro los valores de la sociedad donde siempre ellos se han desenvuelto.

Es decir, la conducta individual con aureola de héroe cercano (o policía universal) alrededor de la defensa de la familia y la propiedad, aunque implique saltarse las leyes, y cómo se juegan en las relaciones cotidianas los conceptos de lealtad, el grave tema de la corrupción y los altibajos de la conducta ética.

Imágenes y materialidades

Una clara referencia a lo cinematográfico (coincidente con el perfil del texto) tienen los recursos que la obra utiliza en todos los planos: sonoridad volumétrica y envolvente que acerca a lo urbano y aleja de lo cotidiano, y que a veces amplifica las voces, las sensaciones y las palabras; y un diseño escenográfico con un sector separado del resto por paredes transparentes, tal vez buscando la equivalencia con una pecera o laboratorio donde se incuban pensamientos o resabios de todo tipo.

También un área luminosa con focos en medio de la oscuridad que asoma temible y que oprime en momentos que parecen ser de sigilo o vigilia y que sugieren estados a punto de reventar.

O ese momento para el soliloquio frente a un circuito cerrado de televisión, con imágenes que se proyectan distorsionadas son algunos de los recursos que tiene esta propuesta donde el relato y el diálogo es directo y, a veces, en tercera persona.

“Lluvia contante” crea un ambiente sólido, envolvente e impresionante en el espectador que sigue la obra casi sin pestañear, con dos actores que hacen lo justo corporalmente para generar sentimientos y emociones contradictorias en una historia de gran impacto…

Porque, paradojalmente, este gran trabajo del director Jesús Urqueta, lo cotidiano tiene todos los genes de lo más terrible, mientras, en este caso, la lluvia inexorable sigue cayendo como simple testigo.

Lluvia Constante

Dramaturgia: Keith Huff (EE.UU)
Dirección: Jesús Urqueta
Traducción: Sofía Elizalde
Elenco: Willy Semler, César Sepúlveda
Diseño escenografía e iluminación: Tamara Figueroa AS
Diseño de vestuario: Loreto Monsalve
Universo sonoro: Álvaro Pacheco
Asistente de dirección: Amalia Kassai

Teatro Zoco. Av. La Dehesa 1500. Viernes y sábado, 20.00 horas; domingo 19.00 horas.
Entradas en este enlace.
Estacionamientos liberados.
17 marzo-16 abril 2023.