“Mucho Trolley, mucho Griffero, mucho Castro” fue la frase con que el actor, director y académico José Luis Olivari sintetizó su reproche al enfoque sobre el teatro de la década 80 en el tercer capítulo del documental “MierdaMierda: La función debe continuar” que se exhibe en TVN.

Por Leopoldo Pulgar Ibarra

La fuerte crítica tenía un explicación: Olivari considera que al dedicar la mayor parte del segmento de 50 minutos de duración sólo a los teatristas mencionados “se cometió una imperdonable omisión”.

“No se consideró”, recalca Olivari, “la extraordinaria actividad teatral que muchas compañías realizaron de manera semiclandestina en el circuito no oficial de esa época”, que el dramaturgo Juan Radrigán valoraba como “teatro de trinchera”, junto con comentar admirativamente que “nunca se hizo tanto teatro como en la lucha contra la dictadura”.

“MierdaMierda…” es un documental de seis capítulos, rico en imágenes, audios, entrevistas y rescate de aspectos relevantes de la historia teatral chilena, que dirige Daniel Uribe López, al frente de la productora Inteligencia Colectiva.

El audiovisual comenzó a exhibirse el sábado 4 de este mes y su primer capítulo se dedicó a los teatros universitarios de mediados del siglo XX.

En la segunda entrega, la producción se centró en las circunstancias políticas y represivas adversas que vivió la cultura, mientras que el teatro de los 80 fue cubierto por el capítulo tres, con los rasgos que Olivari criticó con fuerza ya que se siente muy conectado con ese período, como muchos artistas en la actualidad.

“Hay una omisión muy grande en el documental al abordar la década 80: mucha gente trabajó en diversos niveles en esa época, incluso de manera subterránea u oculta”, subraya José Luis Olivari.

Los payasos de la esperanza, función en capilla satiaguina, José Luis  Olivari (c)
Los payasos de la esperanza, función en capilla satiaguina, José Luis Olivari (c)

Círculos y circuitos

¿Cuál era el perfil de la actividad teatral en ese período?

“Se hizo teatro en un circuito que era absolutamente no oficial… En galpones, escuelas, en espacios de la Iglesia Católica… por allí se empezaron a mover las cosas, con el teatro y otros actos culturales.

“En una época en que no había partidos ni organizaciones sociales, de alguna manera, la gente se sentía identificada con el teatro: ahí estuvo el Teatro El Riel, de Juan Vera; El Telón, de Pepe Herrrera; la cia. La Ventana… Hubo teatro mapuche, campesino, en sindicatos, gremios y en el ámbito poblacional de comunas periféricas de Santiago y provincia.

“Fue una gran actividad cultural que llegó a constituirse en un pequeño movimiento que no ha sido recogido por la academia en todo su valor e importancia.

“Era un teatro subterráneo con enorme audiencia que, obvio, no se visibilizó en los medios de la época… y que sigue siendo invisibilizado. Es la parte de la historia oculta del teatro chileno”.

Subtítulo

El testimonio crítico de José Luis Olivari se sustenta también en que fue y es protagonista como actor e investigador de la escena chilena, no sólo en tiempos de dictadura.

Actual docente en la cátedra Seminario de Título y Grado de la Uniacc, fue profesor de Historia del Teatro Chileno entre el 2010 al 2014 en la Escuela de Teatro de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano.

Como actor, intervino junto a Mauricio Pesutic y Rodolfo Bravo en “Los payasos de la esperanza”, obra del TIT (Taller de Investigación Teatral, que dirigía Raúl Osorio), un clásico de la escena nacional, estrenado en 1977 en una parroquia cercana a la Plaza Ñuñoa. En 2019 dirigió “Bolívar”, de Víctor Soto, con la cia. Nuestro Teatro.

Junto a Diego Muñoz, Carlos Ochsenius y Hernán Vidal es coautor de “Poética de la población marginal. El teatro poblacional chileno. 1978-1985. Antología Crítica”, investigación que se publicó en 1987 en la Colección Literature and Human Rights, como resultado del Seminario, auspiciado por el Institute for the Study of Ideologies and Literature, del Departamento de Español y Portugués de la Universidad de Minnesota (EE.UU), realizado entre 1986-1987.

El texto explora bases para una interpretación de estudios provenientes de las Ciencias Sociales sobre la población marginal, “a partir de categorías estéticas de los géneros narrativos y retóricos”.

La idea era “introducir en los medios académicos la problemática de la producción cultural en las poblaciones marginales”, recuerda José Luis Olivari.

“Como hombre de teatro, agrega, aporté con la investigación en terreno: aludimos a 22 obras teatrales, producidas en poblaciones marginales chilenas, una parte del material que recogí, junto con desarrollar una metodología de investigación-montaje en el teatro popular”.

“Se escribieron muchas obras que tienen un valor testimonial y documental, porque muestran el discurso de la época, ideas y sentimientos que circulaban por las poblaciones”.

Algunas son: “Homenaje a un trabajador (1980, Taller Engranaje), “Dios se ha hecho hombre” (1980, Griselda Núñez, Comunidad Juvenil San Juan Bautista), “Otoño 1981. Urgente” (1981, Teatro Refugio), “El concurso” (1982, cia. Los de Alvear, Población Digna Rosa), “El sindicato de trapo” y “Tres cuentos pa’un Mapocho” (1982, Yuri Cáceres, cia. La Puerta).

“Viva el Club” (1982, Taller Teatral DEPA), “Juan y María” (1983, Teatro Vocacional De Ahora), “La realidad” (1983, grupo Las Arpilleristas), “Esquina” (1984, grupo de Castro), “Traición por humillación” (1985, Grupo Ad-Mapu), Teatro Renacer (1984-85, Puerto Montt), Teatro Litre (1985, Chillán).

Los payasos de la esperanza: Rodolfo Bravo, Mauricio Pesutic, y José Luis Olivari (c)
Los payasos de la esperanza: Rodolfo Bravo, Mauricio Pesutic, y José Luis Olivari (c)

Poco registro

¿Cómo se percibió esa experiencia al regresar la democracia?

Después del triunfo del No vino una especie de amnesia que también afectó al medio cultural, que no se hizo cargo del período de la dictadura, salvo algunas compañías jóvenes que quisieron recuperar esa parte de la historia de Chile.

“Creo que predominó un teatro más intimista, que reflexionaba sobre la familia, la relación con los padres… Tuvo que pasar más de una década para volver la mirada a la historia reciente. Hoy, con el estallido social, es diferente”.

¿Hay muy poco registro de esa época?

“Creo que sí, debido a que ese teatro se movía por otros circuitos y canales, no por los oficiales”.

Portada, José luis Olivari (c)
Portada, José luis Olivari (c)

¿Por qué decidiste difundir tu crítica al capítulo 3 de MierdaMierda?

“Porque en la década 80 pasaron muchas cosas y muy importantes y en el capítulo hubo mucho Trolley, mucho Griffero y mucho Castro… lo que ha generado debate: incluso hay gente que dice que el capítulo tiene un enfoque sesgado.

“Yo no estoy totalmente de acuerdo en eso. Entiendo que los realizadores de la serie no llegaron a otras fuentes de información, por diversas razones. Ya vendrá el momento de dar cuenta de manera amplia de esa parte de la historia del teatro chileno, el teatro de la orilla popular”.

“MierdaMierda: la función debe continuar”. Sábado 14.30 horas. TVN.