Un estudio a cargo de científicos suecos, checos y austriacos se dio la tarea de responder una pregunta siempre compleja: ¿quién es (o fue) el mejor cantante de rock y pop de todos los tiempos?

De acuerdo a la investigación publicada en 2016 en la revista Logopedics Phoniatrics Vocology, la respuesta es una sola: Freddie Mercury, el emblemático y difunto cantante de Queen.

En el texto, titulado “Freddie Mercury: análisis acústico de frecuencias fundamentales de habla, vibrato y subarmónicos”, los científicos analizaron tanto la discografía de Queen como las grabaciones del vocalista. Con los audios digitalizados, se definió el registro fonético de Mercury, para luego analizar su vibrato con softwares especializados.

Tal como constata el portal de la revista GQ, los científicos le pidieron al cantante Daniel Zangger Borch que imitara el registro de Mercury, con el fin de analizar mediante un examen foniátrico (una endoscopía en las cuerdas vocales) cómo funcionaba su organismo al cantar.

Con estos estudios, se determinó que el vocalista de Queen era un barítono capaz de alcanzar frecuencias de 117,3 Hertz; una conclusión importante si tomamos en cuenta que por años se pensó que Mercury era un un tenor.

También se comprobó que una de sus virtudes era su capacidad de entonar sonidos subarmónicos. ¿Qué significa esto? Se trata de una forma de canto propio de algunas tribus del Asia Central, en la que se ponen en funcionamiento los pliegues ventriculares de la garganta en un ejercicio que muy pocos en el mundo pueden hacer.

Quienes poseen esta característica, según la publicación, son los denominados “cantantes de garganta de Tuva”, quienes pueden emitir dos líneas musicales simultáneamente. Se les denomina así por la región de Siberia del mismo nombre, donde son los pastores de la tribu los llamados a entonar estos sonidos.

En cuanto a su vibrato, los científicos calcularon que alcanzaba los 7.04 Hz, una marca superior al promedio habitual (entre 5.4 Hz y 6.9 Hz). Con todos estos antecedentes, la investigación concluyó que no existe en el rock y el pop un vocalista de características similares.