El regreso de la Bienal Internacional de Artes de Valparaíso, evento que tiene su origen en los años de la Unidad Popular, ha sido empañado por un reclamo formal de CreaImagen, entidad que vela por los derechos de autor de los artistas visuales chilenos. ¿El problema? El monto del premio al primer lugar del concurso, el cual incluso vulneraría principios de la legislación vigente.

Un duro emplazamiento ronda la XII Bienal Internacional de Artes de Valparaíso (BIAV), evento organizado por la Dirección de Desarrollo Cultural de la municipalidad, cuya exposición final se llevará a cabo entre el 19 de abril y el 19 de mayo de 2024.

A través de una carta enviada al municipio en noviembre pasado, CreaImagen, entidad dedicada a la defensa de derechos de autor de artistas visuales locales, expresó su objeción al punto 10 de las bases de la convocatoria de la BIAV, el cual ha sido descrito por la organización como “una imposición injusta para los concursantes”.

El problema, según la sociedad gremial, ronda en torno a los premios que otorga el concurso, y a la obligación del ganador de ceder todos los derechos de su obra “por un monto muy por debajo del valor real que podría llegar a alcanzar”.

De acuerdo a argumentos expuestos por CreaImagen, esto “distorsiona el propósito de la muestra y despoja al autor de sus derechos patrimoniales consagrados en el Artículo 27 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, vulnerando incluso normativas legales como la Ley de Propiedad Intelectual y el Código Civil”, aseguran en un documento al que tuvo acceso BioBioChile.

“Esta condición obliga al artista ganador a transferir gratuitamente sus derechos patrimoniales a la municipalidad, contraviniendo los principios de premiación y desconociendo tratados internacionales en materia de derechos de autor, los cuales Chile ha ratificado durante años”, apunta Arturo Duclos, presidente de la entidad.

El ganador del “Premio Bienal”, de acuerdo a las bases del concurso, recibirá un monto de 5 millones de pesos, mientras que el segundo lugar obtendrá tres millones y el tercero un millón. Para CreaImagen, aquí radica el principal problema de la convocatoria.

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“Para una bienal de esta envergadura, este premio es de verdad una limosna”, señala Duclos en diálogo con BioBioChile. “Si pensamos en la Bienal de Cuenca, se trata de un premio de 20 mil dólares (alrededor de 17.700.000 pesos chilenos, app), y estamos hablando de un pueblo chiquito de Ecuador, la mitad de Valparaíso”.

Para Duclos, “no solo hay que subir los premios, sino entender que esa adjudicación es efectivamente un premio a una obra que tiene un valor en medio de muchas obras en concurso. Entonces, si van a adjudicársela, si va a ser un premio de adquisición, tienen que pagar un premio mayor”, aclara.

Sobre los derechos de autor, que en este caso permitirían al municipio la reproducción de la obra, el artista es enfático: “Si están pidiendo los derechos patrimoniales de la obra, es decir, de reproducción y de uso a terceros, que se transfieren a la municipalidad, eso también es un error, porque el artista puede hacerlo pero no forzado por el pago de una recompensa, que en este caso es un premio. O sea, lo premian y lo privan al mismo tiempo de sus derechos. Ahí estamos mal”.

Para CreaImagen, no se trata de un problema de dinero o recursos. “Entiendo que a lo mejor (en el municipio) tienen poco presupuesto, pero en ese caso, primero, no pidan los derechos patrimoniales, sino que el artista entregue los derechos para la comunicación pública, en términos de difusión de la obra, y que esta no sea de adquisición, porque le están quitando la obra y sus derechos patrimoniales”, resume Duclos.

BioBioChile tomó contacto con la Municipalidad de Valparaíso, pero hasta el cierre de esta publicación no hemos recibido respuesta al respecto.

Bienal Internacional de Artes de Valparaíso: Desde Pablo Neruda y Sergio Vuskovic a Hernán Pinto y Jorge Sharp

La Bienal Internacional de Artes de Valparaíso no es cualquier evento para la ciudad que por estos días preside el alcalde Jorge Sharp. Se trata de un encuentro cultural que se gestó en plena Unidad Popular y que data de 1973, cuya inauguración fue impulsada nada menos que por el Premio Nobel Pablo Neruda (amante confeso del Puerto) y el entonces alcalde de Valparaíso, Sergio Vuskovic.

La idea era transformar a la “Joya del Pacífico” en un polo cultural internacional, donde vanguardia y tradición confluyeran para dictar pautas para Latinoamérica y el mundo.

Entre 1973 y 1994, la Bienal celebró 11 ediciones, siendo cancelada en la segunda administración del exalcalde Hernán Pinto (dos años después de su triunfo en las primeras elecciones municipales tras el fin de la dictadura de Pinochet; antes había sido designado por el expresidente Patricio Aylwin).

Para CreaImagen, entidad con 25 años de historia que forma parte de la Confederación Internacional de Sociedades de Autores y Compositores (Cisac), el retorno de la BIAV en 2024 es un hito a resguardar.

“Nuestra postura (en este caso), es que el premio de la Bienal tiene que ser mayor, y no condicionado a la transferencia de los derechos patrimoniales de los artistas”, explica Duclos.