Esta propuesta de la cia. Teatro del Terror se inscribe entre aquellas en que los realizadores asignan especial relevancia y cuidado a ciertos recursos materiales elegidos como soporte del relato, sin que en el proceso creativo se diluya la densidad textual, sensorial y emotiva.

Por Leopoldo Pulgar Ibarra

En realidad, algo que no es ajeno a esta agrupación que dirige Javier Ibarra que hace un mes reestrenó “Macbeth”, donde el miedo extremo que estremece lo aportan ciertas conductas humanas, asociadas al ejercicio del poder.

Sólo que en Artificial se profundiza y amplía el espectro temático y de efectos, además de agregar la multimedia siempre al servicio del terror, la visión escénica de la compañía.

Y, tal vez, lo más importante, que este montaje experimental parece encaminarse a que se vayan diluyendo los límites de los elementos humanos, materiales y artísticos que se utilizan.

Esta propuesta de la cia. Teatro del Terror, en cuya trayectoria se anota una docena de obras, tiene financiamiento Iberescena y contempla temporadas en Chile y España.

Por su parte, el director Javier Ibarra realiza en Barcelona y Madrid un doctorado en Estudios Teatrales, mientras que su marco teórico y objetivo es trabajar lo fantástico, sobrenatural y lo siniestro en la obra Macbeth, de Shakespeare.

Además, Ibarra culminó una residencia artística en el Espacio Nau Ivanow de la capital catalana, lugar donde se iniciaron las primeras investigaciones que son la base de Artificial.

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@AgenciaRizomas

Síntesis y valoraciones

Inmigración, inteligencia artificial, individualismo digital, género y biotecnología son algunos temas que asoman en esta producción, a través de fragmentos ficcionales que identifican zonas y vivencias que cohabitan en un futuro oscuro y complejo.

Un formato de síntesis que instala en un nivel similar la valoración de las situaciones que presenta, cuya densidad, sentido y trascendencia se concentran en pocas pinceladas.

Sin embargo, aunque cada relato tiene ritmo propio y un énfasis que lo identifica, esta diversidad no provoca dispersión ya que se produce al interior de un ambiente sonoro y lumínico que, adaptándose, busca fortalecer la totalidad expresiva sin dejar de lado momentos y detalles.

Todas las presencias

Es obvio que, algunos fragmentos, pueden resultar más atractivos para el espectador o mejor y más integrados y proyectados en el conjunto de recursos que se utilizan.

Interesante es que no dependen de la mayor o menor presencia humana, robótica o digital en la ficción, ni de la fuerza, sutileza o saturación de luz-oscuridad y sonido-silencio que se utilice.

La escena inicial de una niña (Antonieta Ibarra, de gran presencia escénica) y la mujer adulta (Nury del Real, española) eriza literalmente al espectador al sugerir un contacto con algo que está sucediendo afuera y voces susurrantes de niños y niñas en algún lugar desconocido.

Y notable es el cuadro de la mujer afgana que huye de la guerra en su país con el extraordinario y performático trabajo de Tamara Ferreira, gran actriz.

Su cuerpo ondulante de pies a cabeza y la manta que sostiene frasean un movimiento de danza silencioso que transmite esa profunda tensión-desolación que produce la violencia en un cuerpo que lucha por no desintegrarse.

Entre otros momentos atractivos, poéticos y humanos en relación con lo artificial (robótico, digital) y la asimilación-confrontación entre ambos destacan también un laberinto de luces rojas en el piso y el de las maderas que esboza un Bambi.

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Narración e inmersión

Fundamental para espectar esta obra es el uso de principio a fin del audífono inalámbrico que se entrega al ingresar a la sala, ya que escuchar a través de este aparato es coherente con la idea que propone Artificial.

La clausura momentánea de la escucha natural, poner de golpe en los oídos un elemento que aísla a cada uno de la relación comunitaria que existe entre el público, además de superar los grados de claustrofobia que cada uno tiene, pone a los asistentes en conexión con un universo sonoro que entrega información en detalle.

Esta fase inmersiva que propone el montaje, más la incursión de los realizadores en el uso de diversas disciplinas programadas para que se integren sobre y alrededor del escenario, muestran una gran e innovadora profundización de la línea de trabajo de la cia. Teatro del Terror.

Un camino en la escena chilena que utiliza ampliamente los recursos tecnológicos, textuales y otros medios narrativos para aludir al pasado, presente y futuro, estimulando lo sensorial y racional, como también la percepción sobre el mundo y su inquietante diversidad… pero siempre con los pies puestos en la tierra.

Artificial

Dramaturgia y guión: Iván Fernández
Dirección: Javier Ibarra
Elenco: Cia. Teatro del Terror (Tamara Ferreira, Nury del Real, Antonieta Ibarra, Georgina de Yebra, Soledad Cruz, Nicolás Pavez)

Diseño de escenografía e iluminación: Rocío Hernández
Diseño de vestuario: Andrea Contreras
Composición musical: Juan Carlos Valenzuela
Audiovisual: Alex Waghorn
Diseño gráfico: Loreto MarInez
Comunicaciones: Agencia Rizomas
Producción: Francesca Ceccoti

Sala Club de Teatro
Chucre Manzur 10
Viernes a domingo, 20.00 horas.
Entradas: https://santiagooff.com/eventos/
Hasta 14 agosto 2022.

Créditos: @AgenciaRizomas