En estos tiempos de cuarentenas y encierros, bien vale ver o volver a ver películas que son parte de nuestra historia, que reflejan nuestras identidades y contradicciones.
Pocos años han sido tan promisorios y contradictorios para el cine chileno como lo fue 1968. Por un lado, Raúl Ruiz estrenaba “Tres tristes tigres”, película con la que el cine chileno ganaría su primer premio internacional y daría a conocer a su director en Europa, y, por otro lado, lo hacía “Ayúdeme usted compadre”, con guión y dirección de Germán Becker, una película que vieron cerca de 400.00 personas.
Mientras “Tres tristes tigres” es CINE (con Nelson Villagra, Jaime Vadell, Senda Román, Luis Alarcón y Delfina Guzmán), “Ayúdeme usted compadre” (Con Los Perlas, Los Huasos Quincheros, Pedro Messone, Mario Kreutzberger, Gloria Simonetti, Fresia Soto, Arturo Gatica) es una cinta sin trama, una sucesión de “musicales” sin conexión que tiene el mérito de haber logrado una gran taquilla local. Y ser, probablemente, la primera cinta hecha llevando la televisión a la pantalla grande.
Dos citas
Germán Becker: “Así como la mujer tiene el deber de publicar su mejor fotografía en vida social el día que se case, un país debe mostrar hacia afuera su mejor cara.”
Raúl Ruiz: “Germán Becker persigue hacer una revista, yo, una novela. Como revista, la de Becker no me gustó tampoco.”
Revista Ercilla, Santiago, 4 de diciembre de 1968.
Contexto
Por un lado, había una gran efervescencia social, con una Reforma Agraria que, iniciada en el papel por Jorge Alessandri, tomaba fuerza con el gobierno de Frei Montalba, empezaba –a la par de Europa- la Reforma Universitaria, volvían las tomas de terreno poniendo en evidencia lo insuficiente de las políticas habitacionales gubernamentales y la política se iba poco a poco polarizando (el MIR se había fundado en 1965 y en 1970 se formaría Patria y Libertad).
Chile tenía una industria cinematográfica que había pasado por altos y bajos, bastante errática, muy local, incursionando entre lo costumbrista y las comedias. En ese contexto, Patricio Kaulen hizo en 1967 “Largo viaje”, una cinta “neorrealista” sobre un niño que vive en un conventillo al que se le muere su hermano recién nacido, un “angelito”. Y pronto aparecería “Valparaíso mi amor” y “El chacal de Nahueltoro”, entre otras.
“Ayúdeme usted compadre” versus “Tres tristes tigres”
Las miradas de mundo como en relación al cine, en este caso, son diametralmente opuestas. “Ayúdeme usted compadre” buscó público, taquilla, mostrando una serie de sketch (básicos) en el que desfilaba (casi literalmente) todo el país, sin una trama. Y tuvo éxito. Con una población de un poco más de nueve millones, de las cual cerca de un 30% era rural, llegó a cortar casi 400.000 boletos (Algunos hablan de cifras mucho mayores).
“Ayúdeme usted compadre”, estrofa del popular tema “Chile lindo” (Clara Solovera), era también el título de un programa de televisión que hacía Germán Becker en Canal 13, de a Universidad Católica.
En la otra acera, esta “Tres tristes tigres”, película consideraba entre las mejores del cine nacional, la primera cinta chilena en ser reconocida en Europa pero que, como casi todas las obras de Raúl Ruiz en Chile, tuvo poco público.
“Tres tristes tigres”
Ganadora del Leopardo de Oro del Festival Internacional de Cine de Locarno (1969), es la historia de Tito (Nelson Villagra), Amanda (Shenda Román) y Lucho (Luis Alarcón) en un largo viaje por bares y cantinas de Santiago tratando de olvidar miserias.
Tito vive en la pobreza, su hermana Amanda es bailarina de steptease y prostituta ocasional y Lucho un profesor que viene de Angol. Tito debe llevarle unos documentos a su arribista patrón, Rudy (Jaime Vadell), un empresario que vende autos de lujo (en las Torres de Tajamar), que los necesita para cerrar una importante venta.
El guión, basado en obra de teatro homónima de Alejandro Sieveking, sumerge al espectador en un escape vital e irresponsable frente a vidas agobiadas por las precariedades materiales y humanas, al tiempo de ser una mirada humana, con humor, de un mundo popular sin moralismo ni rigideces ideológicas.
Con escenas notables, muestra la vida nocturna y bohemia de un Santiago provinciano, precario, al son de la música de Ramón Aguilera y Lucho Barrios (música a cargo de Thomas Lefever).
Vea aquí “Tres tristes tigres”
“Ayúdeme usted compadre… una canción para todos”
Inclasificable, es una película sin trama, un recorrido sin orden ni continuidad por Chile a través de un cancionero de temas folclóricos e himnos de las Fuerza Armadas con el fin de reforzar un patriotismo, un Chile único, monolítico.
Esta serie de “videoclips” simplones, ingenuos y obvios hasta la saciedad muestran un país de “gente bien”, con muchas personas rubias y de tez blanca, bien vestida. Personas de clase alta y clase media-alta que van desfilando junto a los Huasos Quincheros, Pedro Messone o Gloria Simonetti, por nombrar algunos.
Sólo cuando aborda el campo en la zona central, se ven peones humildes, aunque no “rotosos”, una cooperativa de campesinos organizando el “18” (no la Reforma Agraria) y, a la pasada, pareciera que se escuchan un par de frases de la Violeta.
Tampoco falta el fútbol, el Estadio Nacional y el “Mundial del 62”. Y un final donde diversos grupos y personajes interpretan el “Chiu chiu”, con parodias (vergonzosas, como la de los chinos) a la música inglesa e italiana, a los alemanes, franceses y “árabes”, entre otros. Un final que incluye una corografía de mapuches (no es la única en la película), fuegos artificiales y a Los Perlas diciendo “¡Puchas que es linda mi tierra!”, “No hay otra que se la iguale aunque la busquen con vela.”
Aquí puede ver “Ayúdeme usted compadre”
Lo más popular y diverso, resultan ser Los Perlas, que dan el toque de humor y un intento de continuidad a esta cinta que dura 104 minutos (hay que tener valor para verla entera en una sesión).
Más allá de la gran taquilla que tuvo, “Ayúdeme usted compadre” resulta interesante para ver cómo ha cambiado el país y las audiencias, apreciar algunas escenas interesantes como, por ejemplo, la de la Alameda, Plaza Italia (Baquedano o de la Dignidad) o Chuquicamata.
Y vislumbrar lo que sería la “cultura”, la música y la estética de la dictadura durante 16 años, donde se oculta la pobreza, los problemas, las diferencias y la diversidad. Uno de un “Chile uno solo” de las élites.
Ver “Ayúdeme usted compadre” es un ejercicio para ver ese “Chile uno solo” (¿uno solamente o uno solo, abandonado?), y la precursora de casi todas las películas más taquilleras del país, esas que han hecho televisión para pantalla grande.
