La Unión Europea volvió a presionar este lunes a Grecia para que controle mejor su frontera con Turquía, principal punto de acceso de los migrantes al bloque, en una reunión de ministros de Interior destinada a salvar el espacio sin fronteras Schengen, amenazado por el flujo de llegadas.

“Creo que está claro, si no logramos garantizar la seguridad de las fronteras exteriores de la UE, esto es la frontera entre Grecia y Turquía, las fronteras exteriores se desplazarán hacia Europa central”, dijo la ministra de Interior austríaca, Johanna Mikl-Leitner, al llegar a una reunión informal de ministros sobre migración y terrorismo.

Viena, que decidió restablecer los controles fronterizos por el incesante flujo de migrantes que llegan a Europa, amenazó el sábado a Atenas con una “exclusión provisoria” del espacio de libre circulación Schengen, uno de los pilares de la construcción del bloque.

“Es un mito que la frontera greco-turca no puede ser protegida, la Marina griega tiene suficientes capacidades para asegurar la seguridad de esa frontera”, estimó la ministra que confirmó a los periodistas la intención de su país de poner un cupo de solicitantes de asilo “porque nuestros recursos tienen también límites”.

Salvar Schengen

El ministro alemán, Thomas de Mazière, cuyo país también restableció los controles fronterizos, llamó a Grecia a “hacer sus deberes”.

“El hecho es que queremos salvar Schengen, queremos soluciones europeas comunes, pero el tiempo está contado”, dijo.

Para salvar Schengen, el espacio de libre circulación conformado por 26 países de los cuales 22 de la UE, la Unión Europea debe “reforzar los controles y hacer que las fronteras sean realmente seguras”, estimó por su parte el ministro italiano Angelino Alfano.

Una “ayuda” a Grecia será bienvenida, estimó el ministro español, Jorge Fernández Díaz, que se opone no obstante a “aislar” al país del espacio Schengen.

“No soy partidario de aislar a países, pero sí ayudar. No creo que sea la solución… Grecia tiene 400 islas”, dijo.

Tras las acusaciones, Grecia rechazó con firmeza “las mentiras” sobre su presunta pasividad.

“Estamos cansados de escuchar que no llegamos a garantizar la seguridad de nuestras fronteras”, dijo a los periodistas el ministro griego a cargo de la política migratoria, Ianis Mouzalas, que se retiró del cónclave por unos momentos para hablar a la prensa.

“Según la legislación internacional, el derecho del mar, la Convención de Ginebra, la legislación europea, la ley griega, la única manera de actuar en una frontera marítima, es haciendo operaciones de rescate”, afirmó preguntandose si algunos países estimaban “que hay que dejar [a los migrantes] que se ahoguen”.

Más de un millón de migrantes llegaron a la UE en 2015, 3.500 murieron o desaparecieron en naufragios. En lo que va de enero 139 personas murieron en su intento por alcanzar Europa cruzando el Meditarréneo.

La mayoría de los migrantes llegan al bloque europeo desde Turquía, por lo que el control de sus fronteras son un eslabón clave para disminuir el flujo de llegadas.

Bruselas selló un acuerdo con Ankara, por el que Turquía se comprometió a frenar las partidas de migrantes hacia Grecia, por lo que recibirá una ayuda financiera destinada a los refugiados de 3.000 millones de euros.

Pero para la Comisión Europea, este acuerdo está “lejos de ser satisfactorio”.

En Ankara, en donde se encuentra de visita, la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, afirmó este lunes que la ayuda prometida a Turquía para mantener en su territorio a los migrantes, estará disponible “en un plazo razonable”.