El presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Paul Ryan, dio este miércoles un plazo de tres meses para encontrar salidas a la crisis financiera de Puerto Rico, luego que los legisladores rechazaron dar a la isla la posibilidad de declarar la bancarrota.
Ryan dijo en un comunicado que ordenó al Congreso trabajar con el gobierno de Puerto Rico para encontrar una “solución responsable” para finales del primer trimestre de 2016.
“La crisis fiscal de Puerto Rico es un problema que no va a desaparecer pronto”, dijo el congresista del opositor partido Republicano.
El anuncio ocurre luego que el Congreso excluyó de una ley de gastos una provisión solicitada por Puerto Rico y apoyada por la Casa Blanca para permitir a la isla, ahogada en una crisis financiera, declararse en bancarrota.
Negociadores acordaron entre martes y miércoles un multimillonario paquete de gastos para el gobierno federal que el Congreso podría aprobar esta semana.
Aunque Puerto Rico recibirá reembolsos por servicios de salud, la isla no podrá protegerse bajo el capítulo 9 de la ley de quiebras y tampoco obtendrá fondos especiales para cumplir con el próximo pago a los acreedores a fines de diciembre.
Los demócratas habían pedido las medidas de alivio, pero los republicanos, que controlan el Congreso, se negaron.
“Le estamos fallando a millones de estadounidenses en la isla”, dijo el director ejecutivo del grupo activista Jubilee USA, Eric LeCompte.
“Aunque no pudimos acordar para incluir cambios sin precedentes a la ley de bancarrotas en esta ley de gastos, muchos legisladores de ambos partidos siguen comprometidos a enfrentar los desafíos” de Puerto Rico, dijo Ryan.
Como estado asociado de Estados Unidos, Puerto Rico no puede invocar la figura de insolvencia para conseguir una reestructuración de su deuda, a diferencia de varias municipalidades estadounidenses.
Alejandro García Padilla, gobernador de la isla caribeña que acumula deudas por 72.000 millones de dólares, había solicitado ayuda la semana pasada en Washington, señalando que la única manera de salir de la crisis y evitar impagos a fin de mes era reestructurando los bonos mediante la declaración de bancarrota.
Una decisión contraria tendría consecuencias de “proporciones humanitarias” en la isla, advirtió.
A veces apodado la “Grecia del Caribe”, Puerto Rico acumula una década de recesión que ha promovido un verdadero éxodo de ciudadanos hacia el continente, hundiendo aún más la economía local.
A pesar de que los ciudadanos de Puerto Rico son considerados nacionales estadounidenses, su territorio no está incluido entre los 50 estados del país y el gobierno federal descarta todo tipo de “rescate” financiero de la isla.