Una vez cada 20 o 30 años, una supertormenta más grande que la tierra azota a Saturno y sus anillos ofreciendo un espectáculo climático que dura meses, conocido como las “tormentas blancas”.

Las tormentas pueden extenderse por miles de que kilómetros antes de disiparse, un fenómeno que estaba documentado, pero no se conocía la causa.

Según un estudio publicado este lunes en la revista británica Nature Geoscience, este fenómeno se debe a la forma en la que interactúa el vapor de agua en la atmósfera del planeta gigante.

Los autores del estudio, Cheng Li y Andrew Ingersoll, científicos del Instituto Tecnológico de California plantean que las gotas de vapor impiden que gases menos densos emerjan, se enfríen y se condensen, y que esta reacción provoca tormentas eléctricas.

Este fenómeno, que puede ser observado desde la tierra con un telescopio, ha sido registrado en seis ocasiones desde 1876, pero hasta ahora nadie había explicado el motivo de la periodicidad de las tormentas.

Según el trabajo de Li y Ingersoll, la frecuencia se explica por la diferencia entre la densidad de las capas superiores de la atmósfera y las inferiores, ya que la mayor parte del tiempo arriba hay elementos menos densos que abajo.

De la misma forma que el aceite flota sobre el agua, la capa superior de Saturno permanece sobre la capa inferior, impidiendo que pase el agua, se enfríe y se condense, que es el proceso normal por el cual se forman las tormentas.

Sin embargo, a medida que la capa superior se enfría y el calor se difunde al espacio, esta masa se vuelve más densa y comienza a bajar. Según el estudio, este proceso tarda un par de décadas ya que la atmósfera de Saturno es “muy espesa”.