Setenta y cinco años después de su muerte, Sigmund Freud, el padre del psicoanálisis, se ha convertido en un icono pop y en el símbolo de Viena, una ciudad que durante años rechazó sus teorías.

Freud está enterrado en Londres, donde encontró refugio en 1938 y donde murió de un cáncer a los 83 años el 23 de septiembre de 1939. Pero su nombre sigue asociado a la capital de Austria, donde vivió 78 años.

El neurólogo recibía a sus pacientes en su célebre diván de su consulta, en el número 19 de la calle Berggasse, donde ahora está su casa-museo que visitan 75.000 turistas cada año.

El pequeño apartamento se conserva como entonces y todavía hay que llamar para entrar.

“Freud es la cara vienesa más conocido en el mundo. Gracias a la literatura y al cine, sobre todo al de Woody Allen, se ha convertido en un auténtico icono mundial de la cultura pop”, explica Norbert Kettner, director de la oficina de turismo de Viena.

“Aunque no tienen un conocimiento profundo de su obra, gente del mundo entero tiene el sentimiento de que sus descubrimientos le afectan directamente”, asegura.

El neurólogo, nacido en 1856, fue sin embargo repudiado en Viena por ser judío y por sus teorías, consideradas escandalosas por el papel central que tiene en ellas la sexualidad.

“Es la encarnación de la ambivalencia de Viena, una ciudad donde se sentía incomprendido pero que no quería abandonar”, recuerda Kettner.

Sigmund Freud, cuyas obras fueron quemadas por los nazis tras su llegada al poder en 1933, se exilió en junio de 1938, doce semanas después del Anschluss, la anexión de Austria a la Alemania nazi, y tras varios registros de la Gestapo en su casa.

En total 130.000 judíos austriacos tuvieron que exiliarse y otros 65.000 fueron asesinados por los nazis durante la guerra, entre ellos miles de miembros de la élite intelectual vienesa.

‘Nadie es profeta en su tierra’

“El recorrido de Freud es el resumen de un periodo increíble de la historia de Viena, que pasó de ser la capital mundial del arte y la ciencia, con un número récord de premios Nobel, a caer en la barbarie y en el provincianismo intelectual”, explica el director de la oficina de turismo de Viena.

Símbolo del exilio forzado, el famoso diván de Freud no está en Viena sino en su última residencia de Londres-Hampstead.

“Esta casa simboliza la pérdidas, la pérdida humana, científica y cultural que sufrió Austria con el nazismo y el Holocausto”, afirma Monika Pessler, la directora de la casa-museo de Viena.

Para conmemorar los 75 años de la muerte de Freud, la asociación vienesa de psicoanálisis, fundada en 1908, publicará en internet todos los escritos del neurólogo, incluyendo 11.000 cartas.

Por su parte la galería de arte contemporáneo 21er Haus organiza una exposición sobre “Sigmund Freud y el peso de la representación” que reúne un centenar de obras de varios artistas bajo la dirección del estadounidense Joseph Kossuth.

A pesar de ello, los vieneses parecen seguir viviendo de espaldas a esta figura icónica de su ciudad.

“Nadie es profeta en su tierra, y es cierto en el caso de Freud y Viena. Le han apreciado más en el extranjero que en Austria”, asegura la directora del museo.

A 75 años de su muerte, conoce algunas de las mejores frases del psicoanalista.

“Existen dos maneras de ser feliz en esta vida, una es hacerse el idiota y la otra serlo”.

“Cualquiera que despierto se comportase como lo hiciera en sueños sería tomado por loco”.

“Uno es dueño de lo que calla y esclavo de lo que habla”.

“Con solo temer a la mediocridad, ya se está a salvo”.

“Fumar es indispensable si no se tiene a nadie a quien besar”.

“Desde que inicié el estudio del inconsciente, me encontré a mí mismo muy interesante”.

“Es un buen ejercicio ser del todo sincero consigo mismo”.

“Lo mejor es enemigo de lo bueno”.

“Los buenos son los que se contentan con soñar aquello que los malos hacen realidad”.

“He sido un hombre afortunado en la vida: nada me resultó fácil”.

“Cada uno de nosotros tiene a todos como mortales menos a sí mismo”

“La ciencia moderna aún no ha producido un medicamento tranquilizador tan eficaz como lo son unas pocas palabras bondadosas”

“El que ama, se hace humilde. Aquellos que aman, por decirlo de alguna manera, renuncian a una parte de su narcisismo”

“He aquí la gran incógnita que no he podido resolver, a pesar de mis treinta años de investigación sobre el alma femenina: ¿Qué es lo que quiere la mujer?”

“La incapacidad para tolerar la ambigüedad es la raíz de todas las neurosis”

“Llamamos perversa a una práctica sexual cuando se ha renunciado a la meta de la reprodución y se persigue la ganancia del placer como meta autónoma”

“Si dos individuos están siempre de acuerdo en todo, puedo asegurar que uno de los dos piensa por ambos”

“Todo chiste, en el fondo, encubre una verdad”

“Uno puede defenderse de los ataques; contra el elogio se está indefenso”

“Sólo la propia y personal experiencia hace al hombre sabio”