El próximo domingo se cumple un año de la tragedia aérea ocurrida en el archipiélago de Juan Fernández, donde murieron 21 personas al accidentarse el avión CASA 212 de la FACh, y cuya investigación judicial aún está en curso.

Entre los antecedentes que poco a poco han salido a la luz, este martes se conocieron algunos detalles publicados por La Tercera del sumario administrativo realizado en la Fuerza Aérea de Chile (FACh), donde se concluyó que los pilotos tuvieron una emergencia previa que no reportaron, falta de planificación del vuelo por parte de la institución, ausencia de comunicaciones directas y de medidas de seguridad básicas para pasajeros y tripulantes.

Las anomalías detectadas por la Fuerza Aérea terminaron con el llamado a retiro de dos generales y un comandante y con drásticas sanciones a otros nueve oficiales.

En dicho texto de 130 páginas, se revelan los contactos que la teniente Carolina Fernández sostuvo con personal de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC), en específico con el meteorólogo previsionista del Centro Meteorológico Arturo Merino Benítez, Patricio Velásquez, tres días antes del accidente.

En dicha conversación, “se le indicó (a Fernández) que el viernes el área iba a estar afectada por un sistema frontal, con precipitaciones y mala visibilidad”, sostiene Velásquez agregando que “recibió el comentario de los otros meteorólogos”, respecto a las condiciones que enfrentaría el viernes, jornada en que estaba planificado el viaje.

No obstante, no sólo desde la DGAC se le avisó de las condiciones meteorológicas a la Teniente Fernández -de acuerdo al sumario- sino que además el capitán de bandada Carlos Larraín Vegetti, piloto del avión que volaba para el servicio Aerofotogramétrico, le advirtió que se esperaban precipitaciones. “Le mencionó a ella que tuviera cuidado, ya que estaría posfrontal, que va a haber turbulencia y viento, que por lo general el aire siempre es inestable cuando está pos frontal”, se indica en el cuaderno.

La FACh, por su parte, desestima estos antecedentes, asegurando que “si existió una conversación en el ámbito de lo privado, no tenemos conocimiento. Respecto de la investigación, no tenemos acceso al expediente del sumario al menos hasta que esté finalizado”, de acuerdo a lo publicado por el matutino.

Por último, en el sumario se establece que el vuelo estaba originalmente planificado para 11 pasajeros, sin embargo este números se elevó a 16 pese a que desde el Comando de Combate se determinó que sólo 15 personas podían abordar el Casa 212 como pasajeros, lo que es ratificado por el fiscal que investiga el accidente, general de Brigada Aérea, Leopoldo Moya, quien señala que el “Manual de Empleo Táctico del Casa 212 considera una configuración VIP que incluye 14 pasajeros. Por otra parte, la V Brigada determinó que por materia del vuelo la dotación se fijó en 15 pasajeros”, pese a lo cual “la orden de misión de vuelo emanada para ejecutar la misión totalizaba una solicitud de 16 pasajeros”.

Ante esto último, la institución se defendió asegurando que “la decisión institucional de viajar con 15 pasajeros responde a la idea de asegurar comodidad en la configuración VIP y no a una restricción establecida para este tipo de aeronave”.