A horas de la visita del presidente de la República a Chillán Viejo, para conmemorar el 20 de agosto, los habitantes de la intercomuna de Ñuble manifestaron su preocupación por los excesos en seguridad durante la fiesta ciudadana, como sucedió el año pasado, y también diversas demandas que pretenden expresar al Gobierno, entre ellas disminuir la cesantía.

Barreras papales instaladas, limpieza del Parque O’Higgins, despeje de calles y todo listo para la llegada del presidente que esta vez envió a su avanzada semanas antes de la fecha que conmemora el nacimiento de Bernardo O’Higgins, considerado padre de la patria.

Cada detalle pretende evitar el desborde en seguridad que el año pasado se vivió en esta comuna de Ñuble, propiciado por un exceso en los efectivos policiales y un cerco de seguridad innecesario para una comuna tranquila y sólo con 30 mil habitantes.

Pero la expectación sí está en el ambiente así lo relata el supervisor de limpieza del parque, Manuel Valdebenito.

Eso sí los temas cambiaron porque el año pasado la ciudadanía estaba molesta por el traslado de la cárcel ubicada actualmente en el centro de Chillán hacia una locación en Chillán Viejo, duda que se despejó hace un par de semanas cuando el Gobierno desestimó a esta última como posibilidad.

Ahora sí temen a la instalación de un depósito de arsénico, proveniente de la minera El Teniente de Rancagua, cuya licitación fue detenida por estos días; Los chillanvejanos temen que sólo sea por la celebración republicana.

Jorge del Pozo, concejal radical, espera que la paralización del proyecto cárcel y del vertedero de arsénico sean definitivas.

El alcalde Felipe Aylwin, independiente pro Concertación, aseguró que las autoridades se comprometieron a frenan ambos proyectos.

El alcalde Aylwin llamó a los chillanvejanos a asistir al tradicional desfile, porque el Ministro de Defensa -ahora Andrés Allamand-, comprometió sus esfuerzos para evitar que se repita el triste escenario de 2010, donde incluso su antecesor Jaime Ravinet amenazó con llevarse el acto a otro lugar del país, y fue detenido el mismo concejal del Pozo por defender a los habitantes que querían participar de la instancia.

Pero las demandas no se remiten sólo a Chillán Viejo, sino que a toda la intercomuna, capital de la provincia de Ñuble.

Y es que Chillán experimentó un crecimiento del número de habitantes post terremoto ahora con casi 200 mil registra altas tasas de cesantía, 10.6 en la última medición. Ese es el mayor tema que preocupa a su alcalde Sergio Zarzar.

El concejal independiente de Chillán, ex socialista Cristián Quiroz, agregó otras demandas como la de mejorar los índices de material particulado que mantiene a la ciudad en nivel de latencia.

Zarzar, también insistió en la salida de la cárcel desde centro de la ciudad, hacia el sector de la Ruta 5 Sur antes del límite de Chillán Viejo y Bulnes; disputa que mantienen los municipios chillanejo y chillanvejano.

El concejal opositor Cristián Quiroz, sumó a los requerimientos locales descartar el embalse Punilla como solución al regadío de la provincia, aduciendo a que es una falacia, para instalar una hidroeléctrica. Proyecto que pretende terminar con la sequía y que tiene la venia del Gobierno.

Si bien la visita del presidente no resolverá las inquietudes locales, sí será una instancia para al menos plantearlas, sobre todo cuando es tan ingrato para la provincia sentirse el patio trasero de Concepción. Porque si hay algo en lo que todos coinciden, es en que el centralismo regional también los carcome, algunos incluso seguirán luchando por un Ñuble región.