Un campeón chino de gimnasia obligado a volver a cero por una lesión que le cortó su carrera deportiva se convirtió en el personaje estelar de la prensa en China después de que un aficionado lo reconoció viviendo en las calles de Pekín sin futuro a la vista.
El caso de Zhang Shangwu saltó a las primeras planas como ejemplo de la situación que viven muchos deportistas de elite en tierra china: son ‘capturados’ por el sistema a edad muy temprana y llevados cuando tienen apenas cinco años a escuelas especiales para entrenar y dar medallas a China.
Pero luego sufren cuando deben volver a la vida normal, una vez acabada sus carreras, sin demasiadas herramientas.
El ex gimnasta de 27 años dijo este lunes que recibió una catarata de pedidos de entrevistas y ofertas de trabajo, incluyendo una del hombre más rico de China, tras su espectacular caída en desgracia hecha pública gracias a los diarios.
“En China, hay muchos deportistas que han pasado por la misma experiencia que yo, pero soy uno de los afortunados que atrajo la atención de los medios y de la sociedad”, afirmó Zhang vía telefónica a la AFP.
Zhang explicó que ganó la medalla de oro en 2001 en los Juegos de la Universiade, un evento internacional para los deportistas universitarios que se llevó a cabo en Pekín, pero un año después una lesión en un tendón quebró su prometedora carrera. Tuvo que dejar la gimnasia.
Con poca formación educativa, Zhang tuvo que volcarse a trabajos pequeños y sin mucho crecimiento profesional como camarero.
Pero la lesión que arrastraba le fue minando su vida y tuvo que ir dejando trabajos de fuerza. Eventualmente, tuvo que robar para sobrevivir, lo que terminó con una condena a cinco años de prisión, antes de ser soltado en abril pasado.
Su suerte cambió la semana pasada, cuando fue reconocido en las calles de Pekín haciendo malabares para ganar algo de dinero y poder comer.
Su historia de vida fue recogida por decenas de medios, que lo “devolvieron” a la sociedad.
El multimillonario chino Chen Guangbiao le ofreció un trabajo, aunque Zhang dijo que estaba muy ocupado atendiendo a la prensa como para pensar qué iba a hacer en el futuro.
Ningún responsable de la Administración General de Deportes quiso hacer comentarios sobre el caso de Zhang, cuando la AFP intentó recoger declaraciones.
Pero la cuestión del día después del retiro de los grandes atletas chinos quedó en primera plana y el Estado en el centro de ese vacío que se debe resolver en el futuro.
“Hay un montón de deportistas retirados que la gente no tiene idea sobre lo que sucede con ellos, que sin herramientas ni habilidades no puden conseguir trabajos apropiados”, afirmó Zhang.
“Nuestro país no ayuda a los atletas retirados y quiero usar ahora mi infuencia para que la sociedad ponga más atención en ellos”, apuntó.
Uno de esos casos es el del levantador de pesas Cai Li, medalla de oro en los Juegos Asiáticos de 1990, que pudo encontrar trabajo como agente de seguridad años más tarde de su retiro y murió en 2003 por causas relacionadas al sobreentrenamiento.