El presidente Barack Obama ordenará este miércoles en la hora de máxima audiencia televisiva el inicio del retiro de tropas estadounidenses de Afganistán, que podría ser de 10.000 hombres en 2011, diez años después de la invasión.

El anuncio de la Casa Blanca podría verse también como el momento en que Estados Unidos comienza a retirarse de Afganistán tras una sangrienta guerra a veces inconsistentemente librada.

Obama continuará con su compromiso de retirar sus fuerzas militares después de 18 meses de haber aumentado el número de tropas, pero aparentemente atendiendo las advertencias del Pentágono de que una salida demasiado rápida podría poner en peligro sus avances contra los insurgentes talibanes.

Un alto funcionario de defensa estadounidense dijo bajo el anonimato a la AFP que “probablemente” serán retirados unos 10.000 soldados de Afganistán, en dos tandas, antes de fin de año.

Otros 20.000 soldados, parte del aumento de 30.000 ordenado en diciembre de 2009, se retiraría a finales de 2012, lo cual significa que aún una importante cantidad de tropas se mantendrían combatiendo durante dos veranos más en Afganistán.

De confirmarse, la cifra del retiro de 10.000 soldados aparece como superior a la “modesta” propuesta inicialmente por el Pentágono, en momentos en que Obama transita la delgada línea entre la lógica política y la lógica estratégica.

El discurso de Obama, que será a las 20H00 (00H00 GMT), ocurre cuando la percepción sobre la continuación de la guerra ha cambiado tras la muerte de Osama bin Laden, otros golpes contra Al Qaida y la disminución del apoyo de la opinión pública estadounidense al conflicto.

“El presidente se dirigirá a la nación desde la Casa Blanca para plantear su plan estratégico de retiro de las tropas de Afganistán”, dijo su portavoz, Jay Carney.

Pero los escépticos de la guerra argumentan que tras la muerte de más de 1.600 soldados estadounidenses y a un costo de casi 10.000 millones de dólares al mes, el compromiso de Estados Unidos es insostenible en las dimensiones actuales de 99.000 tropas.

Carney calificó la información publicada hasta ahora como una “especulación”, en una conferencia de prensa el martes. El presidente ha “tomado una decisión”, pero le corresponde a él anunciarla, agregó.

Durante los meses previos a la decisión de retiro, una guerra de poderes se generó entre el equipo político de Obama, el Pentágono y los legisladores, que acusan recibo de la fatiga después de una década de votar a favor de la guerra en Irak y Afganistán.

El senador demócrata Carl Levin reiteró el argumento de que la mejora de las condiciones de seguridad permiten a Obama traer a casa a 15.000 tropas antes de fin de año.

“Es necesario que el nivel de reducción de tropas en Afganistán sea importante para impulsar el objetivo: que el gobierno afgano se dé cuenta de la determinación de trasladar la responsabilidad principal de la seguridad del país a sus fuerzas militares”, dijo Levin.

Otro poderoso demócrata, el senador John Kerry, dijo que Obama necesita cambiar el énfasis de Estados Unidos en Afganistán. “Hemos tenido un enorme éxito en el agotamiento de Al Qaida y de sus capacidades. Y tenemos que reflejar esto ahora en la presencia de tropas y en la definición de la misión”.

La decisión de Obama, cualquiera que sea, deberá intentar resolver una ecuación compleja: no comprometer los progresos “frágiles y precarios” registrados en el terreno, según la propia confesión del gobierno, pero a la vez considerar a la opinión pública estadounidense.

El discurso de Obama tiene lugar menos de dos meses después de que una incursión de un comando estadounidense mató en Pakistán a Bin Laden, jefe de Al Qaida y principal objetivo de la “guerra contra el terrorismo” lanzada por Estados Unidos después de los ataques del 11 de septiembre de 2001.

Al igual que durante la elaboración de su estrategia en Afganistán, anunciada a fines de 2009 tras casi tres meses de consultas, Obama deberá tomar en consideración las relaciones entre Estados Unidos y Pakistán, que la Casa Blanca califica de “esenciales pero complicadas” y que el operativo contra Bin Laden tensó.

El esperado anuncio de Obama tendrá lugar asimismo en un contexto de crecientes tensiones con el presidente afgano, Hamid Karzai, que no ha ahorrado palabras recientemente contra las fuerzas extranjeras.