El gobierno hondureño de Porfirio Lobo busca desesperadamente desde este lunes un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), acosado por la necesidad del financiamiento externo para recuperar el equilibrio de sus finanzas después de la crisis política.

Los miembros del gabinete económico de Honduras se reúnen desde este lunes y durante 10 días con una misión del FMI encabezada por el polaco Przemek Gajdeczka, para negociar una carta de intenciones.

El ministro de Finanzas hondureño, William Chong Wong, reconoció en declaraciones a medios locales que “el tema más escabroso es el control del gasto público” que se ubicará en 4,5% del Producto Interno Bruto (PIB) a finales de año.

“Las instrucciones que tenemos es que negociemos para poder gobernar pero tampoco vamos a aceptar una camisa de fuerza que vamos a incumplir”, subrayó el ministro.

Detalló que “una vez aprobada la carta de entendimiento nos van a aprobar fondos de apoyo presupuestario, 80 millones de dólares del Banco Interamericano de Desarrollo, 40 millones del Banco Mundial, 40 millones de euros de la Unión Europea, 7 (millones) de Alemania y 50 (millones) de Taiwán”.

EL FMI cortó toda ayuda financiera a Honduras tras el golpe de Estado del 28 de junio de 2009, que derrocó al entonces presidente Manuel Zelaya, aunque ha iniciado negociaciones con la administración del mandatario Lobo, quien asumió el 27 de enero.

El pasado 18 de julio, el directorio del FMI aprobó en Washington el Artículo IV que consiste en la revisión de los indicadores macroeconómicos, en la cual se definieron algunas líneas de la negociación con Honduras.

De acuerdo con el informe de revisión, “para salvaguardar la competitividad y fortalecer la posición externa, los directores estimaron apropiado considerar una flexibilización gradual del régimen cambiario, respaldada por la consolidación fiscal, una moderación salarial y una política monetaria prudente”.

Actualmente el lempira, la moneda oficial, se cotiza en 18,90 dólares la compra y 19,03 la venta.

Según el informe, los directores consideraron que “desde finales de 2008, la política monetaria ha sido acomodaticia” cuando “el Banco Central recortó la tasa de política monetaria y el encaje legal, y el crédito al sector público se expandió significativamente, lo cual contribuyó a una pérdida de reservas internacionales”.

Esa merma de las reservas se debió básicamente a la caída de las exportaciones y del ingreso de las remesas familiares producto de la crisis económica en Estados Unidos.