El papa Francisco canonizó este sábado a dos niños pastores, Francesco Marto y su hermana Jacinta, cien años después de que se les apareciera la Virgen María en una modesta localidad portuguesa, hoy convertida en popular santuario visitado por millones de peregrinos al año.

El pontífice argentino, aclamado el viernes a su llegada al santuario de Fátima (centro de Portugal) por cientos de miles de exultantes fieles, ofició la misa para proclamar santos a los pastorcitos, en el mismo lugar donde habrían tenido lugar las apariciones de la madre de Jesús.

La canonización es el punto cumbre de la peregrinación de menos de 24 horas a Fátima de Francisco, el cuarto papa que visita el complejo en medio siglo.

“Declaramos y definimos como santos a los beatos Francisco Marto y Jacinta Marto”, dijo el papa Francisco en la misa de canonización delante de la Basílica de Nuestra Señora de Fátima, cuya explanada con capacidad para 400.000 peregrinos se encontraba abarrotada.

Otras personas debieron seguir la celebración en pantallas gigantes colocadas en diversos lugares del santuario, en el centro de Portugal, protegido por fuertes medidas de seguridad.

Ya el viernes, Francisco dirigió una oración por la paz mundial ante 400.000 peregrinos, en la Capilla de las Apariciones, erigida en el sitio donde, según la creencia popular, la Virgen se reveló por primera vez a tres niños el 13 de mayo de 1917.

Hasta cinco veces más en los meses siguientes aseguraron haber visto a la Virgen Francesco, de 9 años, Jacinta de 7 y su prima Lucia dos Santos de 10. Según dijeron, en las apariciones María esbozó varias profecías y les entregó mensajes conocidos como “Los tres secretos de Fátima”.

En su momento, los niños fueron considerados como perturbadores del orden público y hasta encarcelados, pero la presión popular logró su liberación.

Los dos hermanos no vivieron mucho tiempo: Francesco murió en 1919 y Jacinta en 1920, víctimas de la gripe española.

Por el contrario, su prima Lucia falleció recién en el 2005 con 97 años. Su proceso de beatificación comenzó en 2008.

El infierno, la guerra, el atentado

Los dos primeros “secretos” fueron revelados en 1929: en el primero se daba una visión del infierno y el segundo hablaba de una guerra peor que las que había entonces.

Pero el texto del tercer “misterio” se mantuvo bajo llave por décadas y sólo fue revelado en el 2000, precisamente en Fátima, por Juan Pablo II, quien beatificó a los pastorcitos.

Precisamente, el secreto se refería al atentado que sufrió el papa polaco el 13 de mayo de 1981 en la plaza de San Pedro, 64° aniversario de la primera aparición de Fátima, y a la lucha entre el comunismo ateo y la iglesia en el siglo XX.

Ahora Francisco, que profesa una intensa devoción a la Virgen María y aprecia la vitalidad de la piedad popular, elevará a la categoría de santos a los dos niños, para lo cual fue necesaria que la Iglesia reconociera dos “milagros” atribuidos a los pastorcitos.

El primero, con el que fueron beatificados, ocurrió en 1997: la portuguesa Maria Emilia Santos se curó de forma inexplicable de una paraplejía que la afectaba desde hacía 22 años, tras haber invocado a los dos hermanos.

El segundo, que les abrió la puerta a la canonización, se registró en 2013: la rápida curación sin explicación aparente de un joven brasileño que a los cinco años sufrió una gran caída que le provocó un traumatismo craneal. Luego de que sus padres invocaran a los pastorcitos, según contaron en Fátima, Lucas sanó rápidamente.

Aunque las apariciones contadas por los niños pastores no forman parte del dogma de la Iglesia, es decir, no tienen que ser dadas por verdaderas por todos los fieles, Francesco y Jacinta pasarán a integrar el panteón que incluye a miles de santos católicos.

La visita del papa a Portugal, en medio de fuertes medidas de seguridad implementadas por las autoridades portuguesas, finalizará la tarde del sábado, cuando el pontífice retornará a Roma.