Una de las principales prioridades para este 2018 del presidente de Francia, Emmanuel Macron, es reformar la Constitución de su país, en particular lo que se refiere a las atribuciones del Poder Legislativo.

Macron anunció en su discurso de junio pasado en el Palacio de Versalles que busca reducir el números de senadores y diputados, así como también restringir a un máximo de tres periodos legislativos por cada parlamentario.

En la misma línea, el proyecto del mandatario francés busca modificar la elección de los parlamentarios, actualmente de un sistema mayoritario, a uno proporcional. Según su apreciación, en la actualidad el sistema favorece de manera exagerada a los vencedores.

La reforma que pretende Macron también pretende suprimir el órgano del Tribunal de Justicia de la República, el cual está centrado en juzgar los posibles delitos cometidos por miembros del gobierno, siendo compuesto por algunos parlamentarios.

Según reporta diario El País de España, la iniciativa de Macron encontraría una fuerte oposición en el Senado y la Asamblea Nacional, especialmente por el Partido Conservador, quienes tienen la mayoría en la Cámara Alta.

“Es una reforma que llevaría a un refuerzo del Ejecutivo y del poder presidencial, que en nuestro país ya es muy importante”, indicó el senador conservador François Pillet, quien en un informe argumenta que las reformas impulsadas por Macron serían un retroceso para Francia.

De acuerdo a los Conservadores, los cambios de esta posible reforma constitucional limitarían los poderes del legislativo y vulnerarían “libertades fundamentales ligadas a principios de la democracia”.

Ante las dificultades que encontraría en el Senado, Macron buscaría llevar a cabo la modificación de la Constitución a través de un referendo, algo que tendría como dificultad la misma legislación francesa.

Los referendos son permitidos en la Constitución francesa a través del artículo 11, pero que no cubre en casos de que la consulta busque modificar la Carta Magna, por lo que la única forma para Macron es invocar el artículo 89, pero que obliga a pasar por el Senado antes de lanzar el referéndum.

La última vez que se realizó en Francia un referendo fue en 2005, cuando se preguntó si ratificaban la elaboración de una Constitución para la Unión Europea, ganando en aquella ocasión la opción del no.

En todo caso, el referendo más famoso de la historia en Francia fue el convocado por el presidente Charles de Gaulle en 1969, donde buscaba reformar el Senado y la organización territorial del país.

De Gaulle perdió aquel referendo y se vio obligado a renunciar, siendo el fin de la carrera política del caudillo francés en la Segunda Guerra Mundial.