Durante la mañana de este jueves, y desde el Palacio de La Moneda, la presidenta Michelle Bachelet promulgó la Ley de Gobierno Corporativo para la Empresa Nacional del Petróleo (Enap), en compañía del ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés.

“Un camino que iniciamos en mi gobierno anterior, ya que sabíamos que sería largo y complejo, pero esencial“, indicó Bachelet.

De esta forma, el directorio de la estatal pasará a estar conformado por siete miembros, todos de designación presidencial, con cuatro de éstos designados a propuesta del Consejo de Alta Dirección Pública, uno por los trabajadores de Enap, y dos por quien sea el jefe de Estado de turno, y de distinto sexo.

“Es una tremenda oportunidad para avanzar en el 40% de mujeres en los directorios”, señaló la mandataria.

Además, se incorporan normas de responsabilidad, atribuciones, deberes, derechos, prohibiciones, inhabilidades e incompatibilidades, aplicables tanto al gerente general, como a los principales ejecutivos.

También, se obliga a la empresa a generar un plan de desarrollo y negocios, de aplicación quinquenal, el cual deberá contener los objetivos de la empresa, las metas de rentabilidad, planes de inversión y desarrollo, además de directrices de propuesta para la disolución de filiales o sociedades con terceros.

El plan, además, incluirá la política y necesidad de endeudamiento, la política de traspaso o capitalización de utilidades -de haberlas- y los requerimientos de transferencia de caudales públicos en caso de ser necesario, entre otras iniciativas.

“Amigas y amigos, con el buen trabajo de Enap, el Ministerio de Energía, y con el sólido apoyo del Congreso, estamos fortaleciendo una empresa pública esencial para Chile, que desde ahora cuenta con mayores capacidades para asumir su rol estratégico”, sentenció la jefa de Gobierno.

“Hoy ha ganado la mirada de futuro al servicio de Chile”, finalizó.

Razones de la modernización

Los cambios realizados al interior de la compañía representan su primera gran modificación desde su creación, en 1950, lo que la transforma en una empresa “moderna y flexible”, subrayó la presidenta.

Bachelet precisó que este cambio se debe principalmente a tres factores.

El primero tiene que ver con que la agenda de un Estado moderno debe alcanzar todas las entidades públicas, a modo de que éstas estén a la altura de los desafíos que existen actualmente, además de la necesidad de “hacer las cosas bien”, y poner a la ciudadanía en el foco primordial de la labor.

El segundo hace relación al contexto histórico y económico en el cual muchas de las empresas estatales fueron creadas, “…con un Producto Interno Bruto (PIB) equivalente a la décima parte del actual”, precisó.

“No obstante, no sólo es una cuestión de volumen financiero, sino que de la complejidad creciente que significa competir en mercados globales, y de la necesidad de cumplir con estándares cada vez más exigentes en términos de gestión, integridad y transparencia”, subrayó.

En tercer lugar, responde a la entrada de Chile a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), con lo cual nuestra nación debió pasar rigurosas pruebas y evaluaciones a las cuales el país no estaba acostumbrado.

“La OCDE representa un ejemplo de buenas prácticas en cuanto a gobiernos corporativos”, sostuvo Bachelet.

“Con estas convicciones, hoy concretamos un nuevo avance con la Ley que reafirma el Gobierno Corporativo de Enap, tal como fue hecho con Codelco. Ambas empresas con gran presencia e importancia en nuestra economía“, detalló.

Además, la necesidad de reforma en la estatal responde a otro desafío: lograr energía disponible y a mejor precio que la actual.

“La agenda de Energía del Gobierno ha tenido este foco, la cual ha logrado la aprobación de 7 proyectos de Ley, la dinamización del mercado y el fortalecimiento de la institucionalidad”, sostuvo.

Con ello, se ha logrado recuperar un sector que, a opinión de la mandataria, estaba estancado, y que han fortalecido la institucionalidad.

“Hemos transformado el sector energético en un motor de crecimiento”, destacó la jefa de Estado.

“Aún hay áreas que, por cierto, hay que mejorar (…) y mucho, sobre todo en distribución, como pudimos ver en días pasados. Pero la viga maestra de una nueva energía para Chile, yo creo, que está bien puesta, y agradezco a todos los sectores en la materialización de estas propuestas”, declaró.

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En esa línea, este nuevo Gobierno Corporativo habría sido el siguiente paso tras la ampliación del giro de Enap, con la que quedó habilitada para participar del negocio energético con la Ley aprobada en 2016.

Ésta establece un régimen energético similar al de las sociedades anónimas abiertas. Así, será fiscalizada por la Superintendencia de Valores y Seguros, sin perjuicio de las atribuciones que tiene la Cámara de Diputados y la Contraloría General de la República.

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