El uso medicinal de la marihuana sin ser penado por la ley, es una meta que diferentes organizaciones sociales han perseguido por años en Chile.

Las terapias con derivados de la cannabis podría ayudar a niños con epilepsia refractaria, personas con cáncer, insomnio, depresión, esclerosis múltiple, anorexia, además de otras patologías. El punto es hacer de estos tratamientos algo legal.

Con el proyecto de la despenalización del autocultivo de la marihuana, que fue aprobado por 68 votos a favor este martes, modificará algunos de los artículos en ley 20.000, se podrá optar a terapias que serían el paso de una medicina que integre las ventajas de esta planta.

Los parlamentarios que presentaron este proyecto, solicitaron que estén “exentos de responsabilidad penal aquellos que cultiven elaboren, procesen, fabriquen, transformen, preparen o extraigan sustancias o drogas que contengan componentes cannábicos (…) para fines espirituales, medicinales, o recreativos”.

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Terapia complementaria a la medicina “tradicional”

Con respecto a este punto el bioquímico, doctor en ciencias y director científico de la Fundación Ciencias Para la Cannabis, Fernando Sepúlveda, asegura que aprobar estas modificaciones “podría ayudar a la medicina en Chile”.

De esta manera, explica que la medida favorece al acceso a la cannabis para usos terapéuticos a través del sembrado, aseverando que será una manera de complementar los tratamientos recomendados por los profesionales de la salud.

Mark (CC)

Mark (CC)

Es “una herramienta válida como terapia alternativa complementaria para la medicina de hoy y en este escenario el autocultivo es una vía para que las personas puedan acceder a esta medicina. El tema es que los usuarios medicinales lo hagan en ciertos contexto o bajo ciertas recomendaciones médicas, para que esta terapia sea llevada de buena manera”, explica Sepúlveda.

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¿Están los médicos preparados para recetar o recomendar marihuana?

Una de las luchas para que se aprueben estas modificaciones, es por padres de niños que padecen de epilepsia refractaria y que hasta el momento, pueden optar a tratamientos con fármacos que muchas veces causan dependencia y adaptación del organismo, disminuyendo sus efectos.

En cuanto a este tema, las modificaciones presentadas por los parlamentarios para el artículo 4 de la ley 20.000, da cuenta de lo siguiente.

“Se prohíbe la venta y comercialización ilegal de las substancias, como la administración a menores de edad sin prescripción médica y con consentimiento informado según la ley 20.584, que regula los derechos y deberes de los pacientes”.

El doctor en ciencias es claro y tajante en afirmar que “las personas están capacitadas para recibir recomendaciones médicas”, pero las dudas surgen en torno a los conocimientos y capacitaciones con las que cuenta el profesional sobre el uso de cannabis.

Mark (CC)

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Sepúlveda indica que “el tema es que los médicos sepan por qué y qué recomendar, y en este sentido la verdad es que nuestra impresión es que el área de la salud precisa de ser capacitada en este tipo de temáticas. En un escenario donde la cannabis medicinal se abre paso, es necesario tener profesionales capacitados para aplicar esta medicina complementaria en nuestros consultorios”.

El doctor en ciencias explica que en las universidades chilenas no se educa sobre el sistema endocannabinoide, a pesar que se habla de hace más de dos décadas de sus efectos.

“Acostumbrados a que se nos implante que la cannabis hace mal, es poco lo que se habla de lo bien que puede hacer en el área de salud”, asevera el profesional.

Ahora una de las grandes interrogantes, planteadas por diferentes actores de la sociedad, es si ¿estamos preparados para este cambio?

En una respuesta más personal, Sepúlveda cree que “es francamente un insulto a la inteligencia de todos nosotros, que unos cuantos individuos se sientan con -y tengan- la autoridad moral de decidir cuándo una sociedad está lo suficientemente madura para avanzar en derechos de forma responsable”.

Tratamientos medicinales con cannabis

Como mencionamos anteriormente, la epilepsia refractaria es una lucha constante para los padres de los niños que padecen esta enfermedad, más aún cuando se deben aumentar las dosis de los medicamentos.

Uno de los cuestionamientos y críticas que recibe el grupo de personas que trata a sus hijos con aceite de cannabis, es que de todas maneras están drogando a los menores.

En este tema el bioquímico, explica que la epilepsia refractaria que es tratada con marihuana, tiene por objetivo inhibir las neuronas para controlar el “cortocircuito eléctrico”, por lo que es necesario utilizar variedades de la planta.

De esta manera señala “es algo que estamos estudiando, usando variedades de cannabis con contenidos similares de CBD y THC. De estos cannabinoides el CBD es el que no produce ningún efecto psicoactivo, mientras que el THC conserva todas estas propiedades. En buen chileno el THC vuela y el CBD no”.

David Von Blohn | Agencia UNO

David Von Blohn | Agencia UNO

Por esta razón es que el profesional, afirma que los efectos de las plantas que contienen las mismas cantidades de THC y CBD, deberían ser miradas con buenos ojos “dado que son muy seguras”.

En cuanto a las evidencias de personas que hayan presentado mejoras bajo estos tratamientos, Sepúlveda señala que los resultados clínicos demuestran “claramente que el uso de extractos concentrados de cannabis, son efectivos en disminuir significativamente el número de crisis de epilepsia en niños con epilepsia refractaria de EEUU y Canadá”

Añade que esto no se aplica para toda la población, ya que “aproximadamente un 15% de los pacientes con epilepsia refractaria controla casi en la totalidad las crisis, un 70% disminuye significativamente el número de crisis diarias”.

Por otra parte explica que desde el punto de vista terapéutico, las patologías que pueden ser tratadas con cannabis requieren de diferentes dosis.

“Por ejemplo, patologías como el cáncer necesitan de dosis superiores dado que al parecer toda la evidencia hasta indica que para matar células cancerosas se necesitan concentraciones más elevadas en la sangre”, señala.

Además es necesario tener el cuenta la información que proporciona el Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (Senda), quienes indican que los efectos a largo plazo de la marihuana, para las personas que fuman, tienen que ver con el daño que produce a los pulmones, asegurando que puede ser más nocivo que el tabaco y que puede provocar “alteraciones en los sistemas reproductores masculino y femenino (infertilidad, por ejemplo) e inmunológico”.

En cuanto a la posibilidad de investigación que se puede generar al haberse aprobado este proyecto en la Cámara de Diputados, el bioquímico señala que la propuesta no está diseñada para favorecer esta área, sin embargo y debido a que el autocultivo de ahora en adelante estará permitido, se podrá obtener datos que se ingresarán a la discusión del uso médico y de los efectos sobre las patologías que se tratan.

En el caso particular de la Fundación Ciencias para la Cannabis, el grupo de profesionales que la integra que se encuentra avanzando en un programa que permita capacitar a los usuarios y profesionales de la salud.

“Es muy necesario educar en este tipo de temáticas para los cuales los profesionales no fueron entrenados durante su formación de pregrado”, finaliza el doctor en ciencias.