“Historia de Amor con Hombre Bailando” ya fue record de ventas, ya encabezó las listas de nuestras librerías y por cierto, ya contó otra de las historias que ocurrían en el norte del país, en medio de la explotación del salitre y, por cierto, de la explotación del minero.

Esta vez, Hernán Rivera Letelier, da cuenta de cómo se vivía la bohemia y nos describe con su facilidad encantadora, como se evadía el pesado trabajo en las minas del Salitre, en uno y otro baile o malón.

Ahora, la historia de Fernando Noble, el Feo, nos trasladará a un mundo donde un feo sin oficio se puede convertir en la estrella de Coya, sólo por su gran talento, el baile, el mismo que lo salvará, lo hará lindo y también lo condenará.

La obra, una de las 16 de su trayectoria (publicadas en Planeta, sudamericana y Alfaguara), da cuenta de una historia entretenida y muy bien contada, pero ya no sorprende como en un comienzo, cuando sus seguidores conocimos el sacrificio del salitre y queríamos saber más a través de sus narraciones.

Para bien o para mal, Rivera Letelier ha explotado al máximo la temática norteña y, quizás por lo mismo, quienes le seguimos valoramos con demasía “El Escritor de Epitafios” y los relatos paralelos que dan cuenta de grandes historias, que quedan ocultas en los títulos de las estanterías, como la de “Cachimoco Farfán” en el “Fantasista”, que incluso sacó hasta obra de teatro.

Pues bien, desde la oportunidad de esta tribuna y siendo básico, un libro es bueno o malo si se termina de leer o no. Este, “Historia de Amor con Hombre Bailando”, si se termina de leer, pero ya no con la sensación de querer otro más, como pasaba antes con “La Reina Isabel Cantaba Rancheras” o “La Contadora de Películas”, sino más bien con el deseo de que Rivera Letelier, nos mande otro tan bueno como el del hombre que se tatuó la frente.